Analista de Política Exterior de Irán. Es egresado de la Universidad de Teherán, Magíster en Filosofía en la Universidad Allameh Tabataba’i y Doctor en Filosofía de la Universidad de Teherán.
La historia de Bahréin se remonta a las eras de la Edad de Piedra y la Edad de Hierro, como lo evidencian los vestigios de una civilización que data de aproximadamente cinco mil años. La isla ha sido hogar de diversas culturas incluyendo fenicios, sumerios y las tribus árabes de Adnan, Qahtan, Rabi’a, Wa’il y Abd Qays. En la época preislámica, el territorio que hoy comprende Bahréin formaba parte de la Persia Aqueménida. Sin embargo, con la aparición y expansión del Islam, Bahréin se intregró a los Estados Islámicos, marcando un cambio significativo en su historia y cultura.
Historia de Bahréin
A finales del siglo III, Bahréin quedó bajo el dominio de los Qarmantianos, una poderosa corriente islámica que gobernó a la región durante varias décadas. Sin embargo, en el año 466 A.H. (1074 d.C.), Abd Allah bin Ali bin Ibrahim Uyuni aprovechó la debilidad del gobierno qamartiano y, tras organizar una fuerza militar, logró derrocarlos, estableciendo entonces un gobierno chií en la región, que perduró hasta el año 641 A.H. (1244 d.C), marcando un periodo de 175 años en la historia de Bahréin.
A.H. (Año de la Hégira)
Durante el dominio safávida y posteriormente, esta región fue ocupada en ocasiones por los jariyíes de Omán, hasta que Nader Shah liberó Bahréin de la ocupación de los jariyíes y entregó el gobierno de Bahréin a la familia Nasr Al-Madhkur. Esta familia controló el gobierno de Bahréin hasta que, a finales del siglo XII, la familia Al-Jalifa se hizo con el gobierno de Bahréin. Los Al-Jalifa son una dinastía maliki de árabes atubíes de Arabia Saudita que gobernaron Bahréin en nombre de Irán. Sin embargo, la dependencia de los gobernantes Al-Jalifa de Gran Bretaña llevó finalmente a Bahréin a declarar oficialmente su independencia de Irán el 13 de agosto de 1971.

Tras la victoria de la Revolución Islámica de Irán, el pueblo de Bahréin portó pancartas y celebró multitudinarias manifestaciones en apoyo y solidaridad con la Revolución Islámica de Irán. La solidaridad y unidad musulmana de Bahréin con el pueblo musulmán y revolucionario de Irán fue tal que la Organización de Liberación de Bahréin, como representante, mantuvo contactos y cooperó con los líderes revolucionarios de Irán antes de la victoria.
A lo largo de la historia, las relaciones entre Irán y Bahréin siempre han estado en función de cuestiones de seguridad y militares. Los elementos más importantes de la identidad de la República Islámica de Irán con respecto a los actores extranjeros, especialmente Bahréin, se basan en la religión, la raza, la historia, la búsqueda de la justicia, la exportación de la revolución, la lucha contra el gobierno opresor y el apoyo a los oprimidos. Estos factores hicieron que la República Islámica de Irán tuviera una presencia y un papel importantes en la evolución de los países islámicos, especialmente Bahréin, con una población mayoritariamente chiita.
Geopolítica de Bahréin
El archipiélago de Bahréin está formado por 33 islas pequeñas en el Golfo Pérsico, a medio camino de la costa oriental de Arabia Saudí y a unos 24 Km del territorio continental de Arabia Saudí. La superficie total es de unos 482 Km² aproximadamente. Cinco de las seis islas principales están conectadas por un sistema de pasajes. La isla de Bahréin, donde se encuentra la capital, Manama, es la más grande. Mide unos 50 km de largo y entre 16 y 20 km de ancho. Un corredor de cuatro carriles conecta Manama con la isla y la ciudad de Muharraq, donde se encuentra el aeropuerto internacional, de reciente construcción.
La geografía de Bahréin ha tenido diversos efectos en el ámbito militar y de seguridad del país. A continuación, se exponen los desafíos de esta geografía:
- Ubicación estratégica: Bahréin está situado en el corazón del Golfo Pérsico, y esta ubicación estratégica le permite acceder fácilmente a las aguas abiertas de la región y a las rutas del petróleo y el gas. Esta posibilidad permite a Bahréin desempeñar un papel importante en el mantenimiento de la seguridad regional y la explotación de las aguas estratégicas del Golfo Pérsico.
- Amenaza existencial e independencia: Los Estados pequeños son una fuente adecuada para el desarrollo territorial y político. Por lo tanto, la amenaza del expansionismo, sobre todo político, de los países vecinos, especialmente Arabia Saudita, es un problema grave para preservar la independencia del país.
- Amenazas económicas: Como país pequeño, Bahréin es vulnerable a los cambios económicos y a las sanciones. Estos cambios podrían debilitar la seguridad económica y social de Bahréin.
- Dependencia de las importaciones: Bahréin depende de las importaciones para satisfacer muchas de sus necesidades militares y de seguridad básicas. Esta dependencia puede crear problemas en una situación regional tensa y poner en peligro el poder militar del país.
- Amenazas regionales: Las tensiones regionales y las interacciones petroleras en el Golfo Pérsico pueden desembocar en conflictos militares regionales y perjudicar a Bahréin.
- Cambio climático: Bahréin está situado en una región cálida y seca, lo que ha provocado problemas relacionados con los recursos hídricos y energéticos del país. Estos problemas han repercutido negativamente en el poder militar y de seguridad de Bahréin debido a la imposibilidad de sustituir otras zonas.

Economía de Bahréin
Bahréin es un país cuya economía depende en gran medida del petróleo, el gas, los servicios financieros y el apoyo financiero extranjero. Bahréin fue uno de los primeros países de la región de Oriente Medio en descubrir y explotar petróleo. Sin embargo, debido a las limitadas reservas de petróleo, Bahréin intentó diversificar su economía y prestar atención a las industrias no petroleras. Según el Índice de Libertad Económica 2020, Bahréin es la cuarta economía más libre de la región de Oriente Medio y Norte de África y la 40ª economía más libre del mundo.
El Banco Mundial reconoció a Bahréin como economía de renta alta. Bahréin también es conocido como centro financiero de la región, con un mercado de capitales dinámico y leyes flexibles sobre la propiedad extranjera. El sector no petrolero es el principal motor del crecimiento económico, con un crecimiento del 6% en 2023, sin embargo, la tasa de desempleo sigue siendo alta, del 15%. El gobierno está tomando medidas para abordar este problema, entre ellas el aumento de la inversión en educación.
Identidad nacional y represión religiosa
La identidad nacional de Bahréin tiene una triple relación con los chiíes, los suníes y los inmigrantes extranjeros que han ido a Bahréin a trabajar. Bahréin, con una mayoría del 75% chií, tiene el mayor porcentaje de población de esta rama del Islam entre los países árabes. Sin embargo, a pesar de que los chiíes constituyen la mayoría de la población de Bahréin, tienen una escasa presencia en el gabinete y están gobernados por una minoría suní, provocando que la población chií cada vez se sienta más marginada políticamente y desfavorecida socialmente.
El gobierno de Al-Jalifa impide cualquier movimiento político o cooperación chií. En los últimos años, siempre que los chiíes han intentado romper el gobierno discriminatorio por medios legítimos, pacíficos y democráticos, han sido reprimidos.

En Bahréin hay dos mundos diferentes: el mundo rico de la familia gobernante, los diplomáticos, los propietarios de empresas y bancos extranjeros, y el mundo pobre de la gente de los barrios y ciudades desfavorecidas. Los miembros de la familia Al-Jalifa siempre están por delante de los demás en todos los asuntos, y en la sociedad bahreiní la meritocracia no tiene sentido. La escasa población de Bahréin y su diversidad religiosa tienen diversos efectos sobre su poder militar y de seguridad:
- El impacto de la religión en las disputas internas y las divisiones sociales: En Bahréin, las diferencias religiosas son fuente de divisiones sociales y disputas internas. Estas disputas han provocado, inestabilidad interna y han debilitado el poder militar y la seguridad del país al traspasar los conflictos sociales al interior de las Fuerzas Armadas.
- Conflictos religiosos entre el gobierno y el pueblo de Bahréin: En algunos casos, la ideología religiosa puede servir como fuente de motivación para las fuerzas militares, animándolas a luchar por causas religiosas o ideales religiosos. Bahréin se encuentra seriamente debilitado en este sentido debido al conflicto religioso entre el Estado y la nación dividida la segregación religiosa, por lo que ha optado por estrategias alternativas como el fortalecimiento del nacionalismo y la construcción de alianzas con actores extranjeros, pero estas estrategias alternativas no han podido sustituir el poder unificador de la religión.
- Escasez de personal militar: El ejército, la fuerza aérea y la marina ven limitada su capacidad debido a la escasez de personal. Para el desarrollo de la industria militar y las tecnologías militares avanzadas, se necesita mano de obra cualificada e ingenieros nacionales y nativos de Bahréin, los cuales escasean, provocando dependencia de los expertos extranjeros.
Retos y perspectivas
Bahréin enfrenta numerosos desafíos en el ámbito de la gobernanza que amenazan su estabilidad y progreso. Entre estos se incluyen las tensiones derivadas de las diferencias religiosas, la corrupción, la fragilidad de las instituciones estatales y los impactos de las crisis económicas agravadas por el gasto en grandes adquisiciones militares. A ello se suman la presencia militar estadounidense, las demandas de representación por parte de la población chií, la represión gubernamental hacia esto grupo y los daños medioambientales. Estos factores, combinados, representan obstáculos significativos para el desarrollo y la seguridad del país.
El fortalecimiento del Estado de derecho, el desarrollo económico, la resolución de disputas religiosas, la reducción de la presencia militar estadounidense y la lucha contra la corrupción son medidas clave que pueden disminuir el descontento de la población bahreiní e incrementar la confianza en el gobierno central. No obstante, abordar estos desafíos requiere cohesión y unidad interna, algo difícil de alcanzar dada la complejidad de la estructura sociopolítica del país. Estas dificultades comprometen la seguridad y la estabilidad militar, y las consecuencias de una inseguridad prolongada generan problemas al ejercicio de la soberanía.

Según la literatura política global, países como Bahréin suelen describirse como estructuras sectarias, donde la religión ejerce una influencia significativa en el destino del país y de otros con características similares. En términos generales, Bahréin es un pequeño estado insular en el Golfo Pérsico, con una población aproximada de 1,7 millones de habitantes. Su sistema político se define como una monarquía constitucional, aunque con derechos políticos y libertades civiles considerablemente limitados según evaluaciones internacionales.
Algunos de sus principales puntos fuertes y débiles se basan en lo siguiente:
Fortalezas
Tiene una economía diversificada que se basa en el petróleo y el gas, la banca, el turismo y la industria manufacturera, tiene una posición estratégica entre los países del Golfo y un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos, tiene una infraestructura moderna y un sector financiero fuerte. Tiene un ejército profesional y bien equipado que participa en coaliciones regionales.
Debilidades
El país se enfrenta a disturbios políticos y abusos de los derechos humanos a la población mayoritaria chií, que exige más democracia e igualdad. Depende en gran medida de los ingresos del petróleo y el gas, que están sujetos a fluctuaciones y descensos. Tiene una gran deuda pública y un gran déficit fiscal que limitan su espacio financiero. Debido a su proximidad a Irán y a las tensiones regionales, su situación en materia de seguridad es vulnerable. En el ámbito de la seguridad, la represión de los chiíes que protestan es esencial para la estabilidad del país.
Preocupación por la seguridad: Estados Unidos y Arabia Saudita
La posición geográfica y el valor estratégico de Bahréin han sido determinantes para que Estados Unidos despliegue la Quinta Flota debido a los intereses norteamericanos por el Golfo Pérsico y también para asegurar el régimen de la dinastía Al-Jalifa, debido a que ante la eventual caída de la dinastía podría llevar al ascenso al poder de sectores chiíes. Tal escenario genera preocupación en Washington debido que un gobierno chií podría poner fin a su presencia militar en este enclave de la región, debido a su afinidad religiosa con Irán.
El apoyo de Irán y el fortalecimiento de los sectores chiíes en Oriente Medio, combinado con las tensiones derivadas de las relaciones con los chiíes de Arabia Saudita y Bahréin, así como con las demandas de estos últimos por cambios estructurales, pueden generar un cambio significativo en el la geopolítica regional. El papel estratégico de los chiíes en el desarrollo de la política en la región podría consolidar aún más la influencia de Irán en áreas claves en Medio Oriente, especialmente en el Golfo Pérsico.

A largo plazo, estos cambios reconfigurarían las alianzas y los acuerdos políticos de seguridad en la región, lo que podría fortalecer la posición de seguridad en el entorno de Irán. Desde una perspectiva geopolítica, Bahréin actúa como el patio trasero de Arabia Saudita, y la intervención saudí en Bahréin está motivada por factores sectarios, económicos y territoriales. La afinidad religiosa entre los chiíes de Bahréin y los de Arabia Saudita, junto con el impacto rápido e inevitable de los acontecimientos en Bahréin, representa una amenaza para la estabilidad territorial saudí. Por esta razón, Arabia Saudita se opone de manera contundente a cualquier cambio significativo en Bahréin.
La Quinta Flota estadounidense
La Quinta Flota estadounidense es una fuerza naval que opera en el Golfo Pérsico, el Mar Rojo, el Mar Arábigo y áreas del Océano Índico. Su principal responsabilidad es garantizar la seguridad y estabilidad de estas estratégicas rutas marítimas, así como proteger los intereses de Estados Unidos y sus aliados en la región

Una de las principales áreas de interés estratégico para Bahréin es el ámbito militar, dado el temor del gobierno a posibles revueltas internas chiíes y a una intervención de la República Islámica de Irán. En este contexto, la presencia de la Quinta Flota estadounidense en el país juega un papel crucial. Desde 2001, las funciones logísticas, de mando y control de esta base se consideran fundamentales para la estabilidad de la región.
En caso de conflicto militar, la estrategia estaría liderada por fuerzas de apoyo saudíes y estadounidenses. En cuanto a la modernización militar y las industrias de defensa, Bahréin depende totalmente de los complejos militares-industriales de Reino Unido y Estados Unidos, realizando también importantes importanciones de defensa de otros países como Rusia, Turquía e Italia. En el ámbito marítimo, el país está invirtiendo en la ampliación y modernización de vehículos navales no tripulados, integrando inteligencia artificial para minimizar las pérdidas humanas frente a potenciales amenazas. Esta estrategia refleja un enfoque creciente hacia la automatización y la innovación tecnológica en su sector de defensa.
A través del Acuerdo de Cooperación en Materia de Defensa (Defense Cooperation Agreement, DCA), Bahréin permite a Estados Unidos utilizar sus instalaciones y territorio para operaciones navales. Desde su reactivación en 1995, la Quinta Flota estadounidense ha desempeñado un papel crucial en misiones como la imposición de sanciones y zonas de exclusión aérea contra Irak, operaciones antiterroristas y antipiratería, respuestas a crisis humanitarias y desastres naturales, así como en la disuasión de amenazas provenientes de Irán.
La Quinta Flota trabaja en estrecha colaboración con otros mandos militares estadounidenses, como el Mando Central (CENTCOM) y el Mando Naval Central (NAVCENT). Además, fortalece su cooperación con socios regionales, incluidos los países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), para mejorar la coordinación y la seguridad en la región.

Bahréin obtiene diversos beneficios al albergar a la Quinta Flota estadounidense. Según el Departamento de Estado de EE. UU., el país recibe apoyo en materia de seguridad mediante el fortalecimiento de sus capacidades de defensa y la lucha contra el terrorismo. Además, la presencia de la Marina estadounidense contribuye a la estabilidad regional, favoreciendo el libre flujo de comercio y energía a través del estratégico Estrecho de Ormuz, lo que también genera oportunidades económicas.
En el ámbito político, la posición estratégica de Bahréin influye en la política estadounidense, ya que esta potencia transregional prioriza sus intereses estratégicos sobre posibles cambios democráticos o transferencias de poder hacia los manifestantes
La evidencia disponible indica que la política exterior de Estados Unidos hacia Bahréin está centrada en la defensa del gobierno bahreiní frente a los manifestantes. En este contexto, los intereses nacionales estadounidenses predominan sobre los ideales que este país proclama en relación con sus posturas y declaraciones respecto a los acontecimientos en Bahréin.
Desafíos nacionales
En el ámbito de la corrupción, Bahréin enfrenta diversos problemas que afectan la eficiencia y transparencia de su gobierno, entre ellos:
- Falta de transparencia y rendición de cuentas: El sistema político de Bahréin presenta debilidades en los controles y contrapesos, ya que el poder ejecutivo ejerce una influencia dominante sobre los poderes legislativo y judicial. La información relacionada con el gasto público, los contratos gubernamentales y los activos del Estado no se divulga de manera adecuada. Además, los medios de comunicación y la sociedad civil han sido objeto de restricciones y censura, limitando el escrutinio público.
- Nepotismo: Existe una notable concentración de poder y riqueza en manos de la familia gobernante y sus aliados. Este fenómeno se refleja en el nombramiento de leales en puestos clave, la concesión de privilegios a partidarios y la marginación o persecución de críticos y opositores.
- Aplicación y supervisión limitadas: Aunque Bahréin cuenta con leyes e instituciones anticorrupción, como la Oficina Anticorrupción, el Tribunal Nacional de Cuentas y la Inspección General, estas carecen de independencia, recursos y eficacia. El gobierno raramente investiga o procesa casos de corrupción, especialmente cuando involucran a altos funcionarios.
A pesar de estas limitaciones, Bahréin ha tomado medidas para abordar el problema, como la ratificación de convenciones internacionales contra la corrupción, el lanzamiento de una estrategia nacional anticorrupción, la creación de un comité parlamentario sobre finanzas y administración, y su adhesión a la Iniciativa para la Transparencia de las Industrias Extractivas. Sin embargo, estos esfuerzos aún no han generado resultados significativos.

La situación interna de Bahréin ya mostraba condiciones propicias para un levantamiento popular antes de las protestas de la Primavera Árabe, que sirvieron como un catalizador ideal para que la juventud bahreiní, la sociedad civil y la oposición política intensificaran la presión sobre el régimen.
- Tensión sectaria persistente: La mayoría chií de la población vive bajo el gobierno de una minoría suní liderada por la familia real, lo que ha generado denuncias de discriminación política y religiosa. Esta dinámica constituye una constante fuente de tensión y un potencial detonante para conflictos sectarios en el país.
El sistema de seguridad de Bahréin parece haber adoptado una política más experimentada tras la represión del levantamiento de la Primavera Árabe. Las acciones de Estados Unidos en cuanto a democracia y derechos humanos, aunque se presentan como declaraciones retóricas, no han tenido un impacto sustancial, ya que la venta de armas al régimen bahreiní ha continuado sin interrupciones desde la era Trump.
Sin embargo, para que las reformas anticorrupción en Bahréin sean efectivas, se requiere una mayor voluntad política y una participación pública activa que aseguren su implementación y seguimiento.
Bahréin representa una red delicada de factores políticos, sociales y externos que mantienen los conflictos sectarios. Incluso antes de las protestas de 2011, diversos grupos habían planteado a los gobernantes demandas de reformas políticas e institucionales. Durante décadas, las exigencias de la mayoría chií han girado en torno a la erradicación de la discriminación en diversos aspectos de la vida cotidiana, demandas que, hasta la fecha, han sido sistemáticamente ignoradas.
Traducido por Christofer Cerón.
Referencias
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- TRADING ECONOMICS: https://fa.tradingeconomics.com/bahrain/indicators
- https://www.farsnews.ir/news/13931215000945/
- Bahrain and Axis of Resistance: Geopolitical Implications for Iran. Mohsen Biuck. Iranian Review of Foreign Affairs, Vol. 11, No. 1, Winter- Spring 2020, pp. 197-220
- https://www.rand.org/pubs/research_briefs/RB10052.html
- https://www.bloomberg.com/news/articles/2023-03-28/bahrain-s-economic-growth-hits-fastest-in-armost-a-decade.
- https://defense.info/partners-corner/2021/11/task-force-59-and-the-bahrain-defence-force/ –
- https://www.navsea.navy.mil/Home/RMC/FDRMC/Bahrain/WhyBahrain/OurMission/5thFleet.aspx.
- https://www.centcom.mil/MEDIA/NEWS-ARTICLES/News-Article-View/Article/3364691/his-majesty-the-king-of-bahrain-visits-us-5th-fleet-quarters
- https://www.state.gov/u-s-security-cooperation-with-bahrain/
- http://www.persiangulfstudies.com/fa/pages/836
- Arab Spring and Sectarian Faultiness in West Asia Bahrain, Yemen and Syria. INSTITUTE FOR DEFENCE STUDIES & ANALYSES
- NEW DELHI.Prasanta Kumar Pradhan.2017
- Political Repression in Bahrain in the Twentieth and Twenty-First Century. Published online by Cambridge University Press: 07 July 2020