Mercedes Ercila
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El arte aumenta nuestra conciencia del mundo que nos rodea; puede decir algo sobre lo que la sociedad está haciendo, lo que ha hecho y es capaz de hacer.

Linda Curfs

¿Quiénes son los samis?

Fuente: Искусство саамов Кольского полуострова

Los samis son la mayor población autóctona de Europa, y son probablemente los más antiguos habitantes de Escandinavia. Se extienden por el norte de la península escandinava y por zonas de la península de Kola, a lo largo de Suecia, Noruega, Finlandia y el noroeste de Rusia. A esta región geográfica se la llama Sápmi. La mayor población sami vive en Noruega, con hasta 65.000 personas.

Tradicionalmente, el pueblo sami ha sido seminómada y practica el pastoreo de renos, la pesca y la caza. El pastoreo de renos es una parte importante de su mundo y les proporciona sustento y apoyo económico. La relación entre los samis y sus renos está profundamente entrelazada con su identidad cultural. Y es que un aspecto importante para entender a los sami es su profunda relación con la naturaleza, ellos tienen una intensa conexión con sus tierras ancestrales, y ven la naturaleza como un entorno de vida con significado espiritual. Su visión del mundo incluye una comprensión de la interdependencia entre los humanos, los animales y el mundo natural.

El pueblo sami ha dependido en gran medida de los renos durante muchos años. Fuente: Kuksa

Si bien muchos samis continúan manteniendo medios de vida tradicionales, también hay una importante población sami en las zonas urbanas, que contribuye a diversas profesiones como ser el sector de servicios, la industria, el turismo y el sector público. 

Sobre las lenguas sami

El sami es una rama de la familia de lenguas urálicas. Se hablan nueve lenguas entre el pueblo sami. El sami septentrional es el más hablado, con unos 30.000 hablantes. Había otras lenguas sami que lamentablemente sufrieron su extinción (el akkala sami y el kkemi sami). Otras se enfrentan actualmente a un destino similar, como el sami ter, hablado tradicionalmente en la parte noreste de la península de Kola y que cuenta con solo dos hablantes mayores de 80 años documentados. 

“Lapones”

Los propios samis nunca utilizaron las palabras lapón y Laponia. Las mismas sólo fueron usadas por los pueblos vecinos (suecos, noruegos y finlandeses) de una forma a menudo, aunque no siempre, despectiva. A medida que la lengua y la cultura sami reciben más respeto y reconocimiento, las palabras sami (para hablar del pueblo) y sápmi (hablando de la patria original del pueblo sami) se utilizan con mayor frecuencia.

Como muchas comunidades indígenas, el pueblo sami ha enfrentado desafíos relacionados con los derechos a la tierra, la preservación cultural y el reconocimiento político. No obstante, se han hecho esfuerzos para abordar estas cuestiones. Por ejemplo, se creó el Parlamento Sami en Noruega, Suecia y Finlandia con el fin de representar los intereses sami.

Elementos importantes para comprender la cultura sami

Los samis tienen un rico patrimonio cultural, que incluye especialmente su vestimenta, música y folclore tradicionales. Sus trajes tradicionales, conocidos como gákti, varían según las diferentes regiones y pueden reflejar el estatus familiar y social de quien lo usa. El cinturón tejido es un elemento importante del mismo. 

El estilo y los patrones de un gákti, junto con los sombreros, los cordones de los zapatos y el cinturón, indican la identidad sami de una persona y su pertenencia a una comunidad sami local en particular. Podemos así afirmar que nos encontramos ante un medio no verbal de comunicación tradicional, el cual muestra la diversa variedad del patrimonio cultural sami y está conectado con el valor de la colectividad y la estética tradicional del pueblo.


Fuente: Искусство саамов Кольского полуострова
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Otro aspecto importante de la cultura sami es el yoik, el cual es una forma tradicional de canto caracterizada por cantos melódicos sin letra. Es una forma de expresar sentimientos, experiencias y conexiones con la naturaleza y el medio ambiente. Cada yoik es único y personal, a menudo asociado con individuos, animales o lugares.

En general, la cultura sami se caracteriza por su resiliencia, adaptabilidad y una fuerte conexión con el entorno natural. Continúa evolucionando a medida que el pueblo sami enfrenta los desafíos del mundo moderno, siempre manteniendo su herencia cultural.

Artes plásticas

La estética sami tenía su base en el folclore, es decir, en la artesanía o duodji. La misma no seguía el principio del arte por el arte (principio idealista que presenta al arte como un fin en sí mismo y no como un medio para servir a otros propósitos), sino que hacía más bien una combinación de belleza y practicidad. Los samis tomaban al arte como parte de la vida comunitaria.

Sus artesanías se caracterizan por tener patrones y diseños intrincados, e incluyen artículos como ropa, joyas y herramientas, los cuales suelen estar fabricados con materiales naturales. Como se mencionó anteriormente, muchos objetos duodji tienen usos prácticos en la vida cotidiana, se pueden usar diariamente.

El duodji es importante para los samis porque refleja las habilidades prácticas y la expresión artística del pueblo. Además, su práctica se ha transmitido de generación en generación preservando de esta forma habilidades y técnicas ancestrales, lo cual permite a los samis conectar con sus antepasados y mantener un vínculo con el modo de vida tradicional. Muchos objetos tienen un significado simbólico, o hasta cuentan historias relacionadas con la mitología sami, la naturaleza y la vida cotidiana. Mediante la creación y el uso de estas detalladas artesanías, los samis se vuelven partícipes en una forma de narración que ayuda a transmitir relatos y tradiciones culturales.

Artesanías duodji. Thorbjørn Bjørkli/Varanger Samiske Museum.

Frente a los retos que el pueblo sami tuvo que vivir a lo largo de su historia, incluidas las políticas de asimilación cultural, el duodji ha desempeñado un papel muy importante en la revitalización de la cultura sami. La promoción y la continuación de la artesanía tradicional contribuyen a un esfuerzo más amplio de reivindicación y fortalecimiento de las prácticas culturales del pueblo.

El Museo sami de Karasjok, provincia de Finnmark (Noruega) realizó una gran cantidad de actividades públicas para ayudar a mantener la tradición duodji, incluyendo por ejemplo las prácticas de tejido. Estas actividades son importantes y beneficiosas al proporcionar a la comunidad local un sentimiento de identidad. Para las mismas se cuenta con profesionales locales, quienes ayudan impartiendo cursos, transmitiendo sus conocimientos y habilidades expertas. El Museo también muestra exposiciones para mejorar la visibilidad de las artesanías tradicionales, proporcionando una plataforma para compartir ideas y experiencias sobre las mismas. El Museo Varanger sami en Varangerbotn (también Noruega) ha producido asimismo concursos y exposiciones de duodji, motivando así a su estudio y conocimiento. Método similar utiliza el Museo Siida en Finlandia, donde se pueden también comprar artesanías sami, siendo su objetivo preservar los conocimientos tradicionales del pasado y, al mismo tiempo, mantenerse actualizados y experimentar con el arte contemporáneo. 

En general, el duodji es una parte fundamental de la cultura de este pueblo. Conecta el pasado y el presente, fomenta un sentido de identidad y sirve para fines prácticos y también artísticos. La importancia del duodji va más allá de los objetos artesanales como unidad, es el cómo abarca el complejo entramado cultural y social más amplio de la comunidad.

Más allá del duodji: Los primeros artistas sami reconocidos

Siguiendo a la profesora de Historia del Arte Tuija Hautala-Hirvioja en su artículoEarly sami visual artists – Western fine art meets sami culture, algunos de los primeros artistas visuales sami en ser reconocidos fueron Johan Turi (1854–1936), Nils Nilsson Skum (1872–1951) y John Savio (1902–1938). Estos artistas se alejaron del duodji tradicional, algunos acercándose de distintas maneras al arte occidental para luego volver a mezclarlo con su propio folclore. Las tradiciones (el modo de vida y las historias tradicionales) fueron la gran fuente de inspiración para estos tres primeros artistas sami, así como la naturaleza. Recordemos que los samis comprenden el mundo a través de la interdependencia entre los humanos, los animales y el mundo natural.

Johan Turi (1854–1936)

Comenzamos la travesía con quien podríamos decir es el primer artista sami en el sentido moderno, ya que fue quien empezó a firmar sus dibujos. Este es el autor Johan Turi. Nació en la provincia de Finnmark, Noruega, en un pueblo de nombre Kautokeino (Guovdageaidnu en sami) en el año 1854. Hijo de pastores de renos, se mudó al norte de Suecia (Jukkasjärvi) con su familia debido al cierre de la frontera entre Noruega, Finlandia y Rusia, lo cual obligó a muchas familias sami a trasladarse al lado sueco para encontrar nuevas tierras de pastoreo.

En 1904, Johan Turi hizo un viaje en tren hasta Torneträsk a lo largo de la llamada “Línea de Mineral de Hierro” (Kiruna-Narvik) que se había inaugurado el año anterior. En el mismo carruaje viajaba Emilie Demant (1873-1958), etnógrafa y artista danesa, quien admiraba la vida nómada. Este encuentro fue decisivo para ambos: tanto para la carrera de Turi como autor como para el sueño de infancia de Emilie de pasar un año entero con una familia de pastores de renos. A pesar de la falta de un lenguaje común, Turi y Demant pudieron entablar conversación porque un finlandés que estaba a bordo del mismo tren proporcionó interpretación (y como varios samis, Turi sabía hablar fines). Durante mucho tiempo Turi había considerado escribir un libro sobre el pueblo sami, pero no sabía cómo hacerlo. 

Finalmente, en el año 1907, Emilie, de 34 años y ya hablante de sami, y Johan, de 53, vivían en una pequeña cabaña en la costa de Torneträsk. Turi hacía dibujos, dictaba y tomaba notas, y Demant escribía los textos. Se publicó así Muitalus samiid birra” (Un relato de los samis) en Dinamarca en 1910 como una edición sami-danesa. El mismo es de suma importancia: es el primer libro no religioso escrito en idioma sami por una persona sami, y cuenta sobre la vida de las personas que pastoreaban renos en la región de Jukkasjärvi a principios del siglo XX. El texto incluye detalles sobre las tradiciones sami de crianza de niños, caza, curación, yoik y folclore. En esencia, el texto pretende llamar la atención de los extranjeros sobre el valor intrínseco de la cultura de este pueblo. 

Ahora bien, como se mencionó anteriormente el libro no era sólo texto: era complementado por dibujos del propio Turi. Él quería mostrar todas las cosas esenciales en tanto a las condiciones de vida del pueblo sami: la vida en el bosque con renos, los recintos para renos, la migración de verano e invierno, su vida en campamentos, la asistencia a la iglesia, sus tradiciones, la caza de animales de presa y la cosmología sami. Se considera que los dibujos de Turi poseen características típicas del grabado y del arte rupestre tradicional sami. A diferencia del arte occidental típico, no tienen una perspectiva central. 

Según Hautala-Hirvioja, el objetivo de Turi con sus ilustraciones era el representar la verdadera naturaleza de las cosas en sus cuadros combinando diferentes áreas de la vida en una misma imagen. Aunque retrata a personas y animales como signos estilizados, logra crear una atmósfera auténtica que contiene eventos y vida en sus dibujos. Tiene un estilo indudablemente curioso: realiza una representación de los acontecimientos de una forma tan sencilla como precisa y además, lo más simultánea posible.

El profesor de literatura sami, Harald Gaski, escribe sobre su arte:

Espero disipar la idea de que los dibujos y pinturas de Turi eran de alguna manera ingenuos o simplistas; de hecho, son contemplaciones sofisticadas que trazan una delgada línea entre el realismo y el expresionismo, representando más de lo que sería posible ver desde un único punto de vista y reflejando la comprensión de Turi del mundo y de las actividades que buscaba presentar en su libro.»

Johan Turi comenzó a usar color mediante acuarelas. Emilie Demant era artista y, a través de ella, Turi entró en contacto con el arte occidental. Ella lo llevó a ver las colecciones de la Galería Nacional de Dinamarca cuando visitó Copenhague con motivo de la publicación de su libro. Así, con tal inspiración, en sus pinturas posteriores apuntó al arte y la expresividad.

Turi también desarrolló plantillas con trozos de huesos y fabricó sellos con madera. Combinó así diferentes métodos artísticos: estampó, dibujó y pintó. Intentó racionalizar su trabajo y aspiraba a ser artista a tiempo completo. Tampoco dejó de escribir sobre los samis.

Johan Turi. Sin título. Acuarela sobre papel.

Nils Nilsson Skum (1872–1951)

Así como Johan Turi, Nils Nilsson Skum era un artista y escritor que no tuvo educación formal, sino que fue autodidacta. Con un destino similar, pertenecía a una familia de pastores de renos que se mudó de Noruega al norte de Suecia debido al cierre de la frontera. Nils Nilsson Skum tuvo una infancia solitaria, por lo que dibujar era un pasatiempo importante para él. 

Según el autor Ernst Manker, cuando Skum tenía 12 años dos ingleses fueron a visitar el pueblo sami donde él vivía. Uno de ellos era un artista que dibujaba renos. El padre de Skum lo vio dibujar y le dijo que su hijo podía hacerlo mejor. El inglés quiso, con interés y entusiasmo, ver los dibujos del niño. Pensó que eran buenos e invitó al pequeño Nils a Inglaterra con ellos para asistir a la escuela de arte allí. Sin embargo, su padre había planeado que su hijo fuera pastor de renos igual que él, por lo que se quedó en casa. Los ingleses no olvidaron al niño que tenía talento para el dibujo: la Navidad siguiente recibió un paquete de Inglaterra que contenía lápices de grafito, lápices de colores, acuarelas y pinceles.

Nils Nilsson Skum, Rendrivning 1942. Crayón y lápiz 30,5 x 38 cm.

De acuerdo con Hautala-Hirvioja, Skum se volvió dueño de una granja de renos al crecer y se dedicó al pastoreo. No obstante, nunca abandonó su pasatiempo: siempre siguió dibujando, aun con la falta de tiempo. Sin embargo, en 1934, a sus 62 años, abandonó sus renos y se mudó con su familia a una cabaña de césped cerca de Sjisjkavare ya que el pastoreo se volvió un trabajo demasiado agotador para él. Fue ahí cuando decidió dedicar su tiempo (ahora mucho más abundante) al arte. Rememoró la cría de renos durante sus años de trabajo y registró sus experiencias y conocimientos sobre los renos y su pastoreo, con el grato deseo de poder preservar y asimismo transmitir estos conocimientos a los más jóvenes. 

En esta época conoció al etnógrafo sueco Ernst Manker, distinguido por su trabajo sobre la historia y la etnografía sami, y trabajaron juntos. Skum realizó varios dibujos representando el pastoreo de renos durante las diferentes estaciones.También añadió textos en sami, que se tradujeron al sueco. Nació así su libro «Same sita – Lappbyn«, el cual fue publicado en 1938 en el ACTA del Museo Nórdico.

El objetivo del artista era documentar la vida y el trabajo de sus antepasados sami mediante su libro y sus dibujos. Las ilustraciones llamaron bastante la atención y hubo interés en presentarlas en exposiciones tanto en Suecia como en el extranjero. El arte de Skum demuestra una cuidadosa observación de la naturaleza. Sus dibujos y pinturas se consideraron al principio más bien documentos etnográficos, pero llegaron a ser reconocidos como arte en toda regla y se difundieron entre un amplio público.

Con gran atención al detalle, describe la vida en las montañas y el trabajo con los renos durante su migración. Le dio a cada reno su propio carácter y su propia postura, a menudo en el contexto de un paisaje montañoso. Tenía un gran sentido de la composición pictórica y a las manadas de renos a menudo se les ha dado una forma casi monumental. Trabajó principalmente con lápiz y tiza a pequeña escala, pero también produjo varias pinturas al óleo.

Nils Nilsson Skum. Pastoreo de renos en la montaña, 1944. Técnica mixta 25×34 cm.

Las obras de arte de Skum se incluyeron en el Folklore de Suède (folclore sueco), en la exposición de arte popular sueco en el museo de antropología cultural Museo del Hombre en 1937, en París. De similar manera, su arte fue exhibido por primera vez en Suecia en una gran exposición en la galería Färg och Form de Estocolmo en 1940. De esta forma, Skum se consolidó como artista visual tanto en Suecia como en el extranjero, llegando a realizar una exposición en Nueva York en 1946.

Turi y Skum tienen varios puntos en común, pudiendo mencionar cómo por ejemplo abandonaron el nomadismo de renos para concentrarse en las artes visuales y la escritura. Quizás esto pueda verse como un intento de sobrevivir como pueblo sami entre los suecos y de demostrar que el pueblo poseía una cultura viva propia que valía la pena desarrollar, especialmente teniendo en cuenta que su trabajo se produjo durante una época de tensas políticas minoritarias que degradaba a los samis.

John Savio (1902–1938)

John Andreas Savio fue uno de los artistas sami más conocidos y prolíficos, aún habiendo fallecido tan joven. En su producción se pueden contar unas 150 xilografías, algunos linograbados y un gran número de dibujos. 

Es natal de la provincia noruega de Finnmark, habiendo nacido en el pueblo Bugöyfjord en 1902. Quedó huérfano con tan solo 3 años, siendo criado por sus abuelos maternos quienes pasaban por una buena situación económica debido a que eran comerciantes, propietarios de renos y pescadores ricos y emprendedores, por lo que el joven John pudo ir a la escuela. Desde una muy corta edad, le gustaba vagar en la naturaleza y hacer dibujos de las cosas que veía. En la escuela secundaria conoció a quien le motivaría a llevar una vida dedicada al arte: su profesor Isak Saba, quien fue también un activista y político sami, miembro del parlamento.  La percepción y habilidad de John Savio en el dibujo con tan solo 15 años pueden observarse en su pequeño autorretrato a lápiz de 1917.

John Savio. Sin título, 1917. Lápiz sobre papel 6,5 x 8,5 cm

Se mudó a Oslo (Kristiania) para completar su educación secundaria, donde también asistió a clases nocturnas en la Academia Nacional Noruega de Artesanía e Industria del Arte (Statens håndverks- og kunstindustriskole). Sin embargo, las largas jornadas empezaron a pasarle factura. Su salud se debilitó y, en enero de 1921, una fiebre y una tos fuerte lo enviaron al hospital, donde se descubrió que tenía tuberculosis. Fue así sometido a una importante operación pulmonar, pero seguiría padeciendo tuberculosis durante el resto de su vida ocasionándole un estado de salud físico y mental débil.

Sin embargo, Savio no abandonó sus estudios: asistió a la escuela privada de pintura de Revold, pero mayormente trabajó de forma independiente, estudiando historia del arte y el cuerpo humano en cuadros de anatomía en la biblioteca y en la Galería Nacional, donde estudió el arte de los viejos maestros y copió sus obras. Asimismo se encontraba interesado en las artes visuales europeas más nuevas, en especial aquellas obras realizadas después de la década de 1850. Sus más grandes influencias fueron Edvard Munch, Nikolai Astrup y los principales expresionistas franceses. 

John Savio. Chico y chica, 19×18,8 cm.

El arte japonés y el artista alemán del Renacimiento, Alberto Durero, fueron otras fuentes de inspiración para él, especialmente para sus grabados en madera (xilografía). Lo más probable es que se haya familiarizado con la xilografía por su cuenta, porque en aquella época esta técnica no se enseñaba en las escuelas de arte. Es interesante cómo las habilidades tradicionales del pueblo sami en el procesamiento de madera y hueso facilitaron a Savio el aprendizaje de la técnica del grabado en madera. Según Nord Norge, él andaba con poco dinero por lo que a menudo iba de puerta en puerta vendiendo sus grabados a muy bajo precio. Fue por esta razón que las obras de arte de John Savio terminaron tanto en hogares privados como en instituciones públicas.

John Savio. Sami en traje de fiesta, 1928-34. Xilografía coloreada a mano. 24,3 x 18,5 cm

Savio dejó Oslo y vivió en Karasjok, Tana y otros lugares de Finnmark durante los años 1926-1928. En Ifjordfjellet se familiarizó con el pastoreo tradicional de renos sami, y se volvió una fuente de inspiración ya que muchas de sus obras más conocidas sobre temas sami están relacionadas con la región de Ifjordfjellet. Durante el verano siguiente, pasó unas semanas en Pasvikdalen, inmortalizando sus paisajes tanto en xilografías como en pinturas. Savio había decidido ganarse la vida con su arte e intentó vender algunos de sus cuadros. Sin embargo, no vendió muy bien: la gente de Finnmark no estaba acostumbrada a comprar arte, y el laestadianismo, que tenía una fuerte influencia en la zona, rechazaba la vanidad y el lujo. Recordemos que además en la cultura sami, la belleza estaba relacionada con los artículos utilitarios, y el arte no formaba parte de su cultura popular. Por esta razón, Savio volvió a la capital donde pudo vender mejor sus obras.

.John Savio. Joven reno, 1922-28. Xilografía sobre papel. 18,9 x 26 cm

Varios de sus grabados en madera evocan velocidad y emoción. En otros motivos describe la vida cotidiana y el estrecho contacto entre personas y animales. Otras obras reflejan el sentido de anticipación y alegría de vivir de los jóvenes, o la vida sencilla en pacto con la naturaleza. Los grabados en madera de Savio se caracterizan por un estilo de talla simple pero variado, enfatizando el contraste entre el blanco y el negro. También coloreó a mano varios de los motivos, algunos en acuarelas de tonos fuertes que probablemente se inspiraron en los colores claros e intensos del gakti.

Savio debutó con una exposición individual en Tromsø en 1930. En 1934, se dedicó a viajar por Europa. Visitó Múnich y Colonia y permaneció en París durante un largo período. Realizó una exposición individual allí en el verano de 1936, siendo así su primer exposición en el extranjero por la cual recibió marcados elogios. 

Después de su muerte, se llevaron a cabo exposiciones conmemorativas sobre él en Oslo. Hoy en día, sus poderosas xilografías son muy conocidas y buscadas como piezas de colección. Su arte da testimonio de su conexión con el norte de Noruega y su retrato de la cultura y el modo de vida sami.

John Savio. Autorretrato, 1938. Óleo.

Arte sami y su evolución

Siguiendo nuevamente a la profesora Hautala-Hirvioja, durante la vida de los tres artistas pioneros sami su cultura experimentó una transición, y la antigua forma de vida tradicional basada en la economía natural cambió

Turi esperaba que un mejor conocimiento sobre la situación de los samis condujera a mejores perspectivas para la supervivencia en su presente, y a largo plazo del estilo de vida sami. Skum recordó y recreó el pasado en sus dibujos. Ambos aspiraban a transmitir sus conocimientos a las generaciones siguientes e introducir la vida y la cultura sami a los no sami. Savio quería convertirse en un artista profesional y moverse en los círculos artísticos de Oslo, pero se sentía como un forastero cuya misión era promover la vida sami en su arte. 

Así es como el modo de vida tradicional sami había empezado a transformarse, ya no era fácil ganarse la vida con la economía natural: el trabajo era duro y no daba grandes ingresos.

Las raíces de las primeras artes visuales sami se encuentran en la antigua cultura sami, así como en las artes visuales occidentales modernas. Esa tensión y armonía que existe entre las dos distintas tradiciones le dieron un carácter versátil y peculiar al arte de Turi, Skum y Savio. 

El trabajo de los tres proporcionó un modelo importante para los artistas visuales sami que vendrían en los próximos años, siendo un claro ejemplo Iver Jåks (1932-2007) quien es considerado uno de los artistas más influyentes de Sápmi. La cultura, la tradición y la filosofía sami son esenciales en su trabajo. Él realizó numerosas exposiciones individuales en los países nórdicos y fue galardonado con varios premios y reconocimientos.

Iver Jåks. Nuestro, 1958. Acuarela sobre papel, 45 x 33 cm

Sus obras tuvieron gran importancia para las generaciones posteriores de artistas sami hasta el día de hoy. Más contemporáneos aún podemos mencionar a Victoria Andersson con sus bordados, de los cuales varios mantienen conexiones con el entorno de su infancia, la ciudad de Kiruna; Per Isak Juuso, nacido en Karesuando, quien es una figura central en el desarrollo y renovación de la tradición duodji; Katarina Pirak-Sikku, cuyos dibujos, fotografías, instalaciones y obras se basan tanto en su historia familiar como en eventos y experiencias históricas sami; Máret Ánne Sara, cuyo trabajo aborda cuestiones políticas y sociales desde una perspectiva sami y de pastoreo de renos y Outi Pieski, cuyas obras emplean artesanías tradicionales como las borlas de los chales sami para representar la luz y los paisajes del extremo norte.

De izquierda a derecha obras de: Katarina Pirak-Sikku, Per Isak Juuso y Outi Pieski.

El arte sami trata sobre la sociedad, se trata de vida, cultura y también cambio. Las culturas vivas no se estancan. Estas cambian y se desarrollan, pero los que perduran también mantienen la tradición. Los artistas describieron sus propios estilos de vida, pero también mostraron diferencias, por ejemplo, en el pastoreo de renos en distintas partes del Sápmi. Cada uno documentó su propia cultura.

A través del arte, las tradiciones de los samis siempre perdurarán.


Referencias

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Gaski, H. (2011). More than Meets the Eye: The Indigeneity of Johan Turi’s Writing and Artwork. Obtenido de: https://www.jstor.org/stable/23343101

Hautala-Hirvioja, T. (2014). Early sami visual artists – Western fine art meets sami culture. Obtenido de: https://lauda.ulapland.fi/handle/10024/59400

Lundström, J.E. (2022) 11 Sweden-based sami Artists Addressing Indigenous Pasts, Presents, and Futures. Obtenido de: https://arcticartssummit.ca/articles/11-sweden-based-sami-artists-addressing-indigenous-pasts-presents-and-futures/

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Riddo Duottar Museat. Digital Museum. Obtenido de: https://digitaltmuseum.no/owners/RDM

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