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Con el inicio de la Operación Militar Especial de Rusia en territorio ucraniano el 24 de febrero de 2022 y la subsecuente respuesta occidental europea contra Rusia en forma de sanciones económicas y el apoyo militar a Ucrania, el mundo ha sido testigo del avance acelerado en las relaciones políticas, militares y estratégicas de la OTAN con países vecinos de Rusia que seguían sin formar parte de la Alianza, permitiendo así ampliar sus contingentes militares y los flancos de conflictos desde los cuales poder “neutralizar la amenaza Rusa”, destacando en este aspecto a los países escandinavos que seguían sin formar parte de la OTAN como lo son Suecia y Finlandia, quien comparte cerca de 1340 kilómetros de frontera con Rusia y el acceso al mar Báltico.

Ambos países habían adoptado una postura neutral y de cooperación mínima con las naciones de la Alianza en el marco militar, si bien, podían realizar ejercicios conjuntos con diversas naciones europeas, los acercamientos militares reales eran escasos, centrando principalmente los ejercicios militares de la OTAN en territorio noruego, uno de los fundadores de esta alianza.

Esta política de apoyo y cooperación mínima dio un giro en la dirección contraria al ocurrir los eventos del 24 de febrero, centrando ahora el foco de interés en la seguridad, integridad e independencia de las naciones. Este giro en la política exterior sueco-finlandesa se vio respaldada por los planes de expansión de la OTAN plasmados en la resolución de la Cumbre de Bucarest en 2008[1] y la declaración de Jens Stoltenberg (secretario general de la OTAN) el 3 de abril de 2022, motivando a ambas naciones a optar el 25 de abril del mismo año a dar su visto bueno a la incorporación a la Alianza si la otra parte aceptaba. Así lo manifestaron los periódicos finlandeses Iltalehti y el periódico sueco Expressen. Este cambio radical puede que tenga su raigambre histórica, puesto que Finlandia sufrió la Guerra de Invierno en 1939 y la Guerra de Continuación entre 1941 y 1944 contra la Unión Soviética y una vez acabada la Segunda Guerra Mundial, paso a formar parte de la esfera de influencia semidirecta de la URSS.

Con los planes de adhesión plasmados en la declaración sueco-finlandesa, la OTAN se encontraría en toda la frontera norte de Rusia, transformando este nuevo frente militar en uno de los más amplios si consideramos las fronteras de Estonia y Letonia, además de Lituania y Polonia si tomamos en cuenta el óblast de Kaliningrado.

OTAN en junio de 2022

Rusia ante este escenario geoestratégico adverso, tuvo un ligero respiro al ver que la adhesión formal de Suecia y Finlandia a la alianza se vio truncada y paralizada por Turquía, miembro de la OTAN desde 1952, debido al conflicto de interés que tiene Ankara en relación con su política exterior sobre la persecución a los miembros del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK por sus siglas en Kurdo) refugiados en Suecia.

Según el articulo 10 del texto fundacional de la OTAN:

“Las partes pueden, de forma unánime, invitar a cualquier otro Estado europeo en condiciones de promover los principios de este tratado y contribuir a la seguridad del área del Atlántico Norte a adherirse a este Tratado”

Este articulo pone de manifiesto que es un imperativo absoluto para el ingreso a la Alianza que todos los miembros deben aceptar, de forma unánime, el ingreso de cualquier país europeo, sin embargo, Turquía ha decidido optar por una política exterior agresiva al ingreso de ambos países, especialmente contra Suecia, pues esta nación alberga a una gran cantidad de miembros del PKK, así lo manifestó el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan durante una rueda de prensa en Canli 24 el 13 de mayo de 2022. Ello paralizo la unión de Suecia a la OTAN que, junto con Finlandia, solicitaron formalmente su adhesión a la alianza el 16 de mayo 2022.

Si bien Turquía se ha manifestado contraria a la incorporación de Suecia, no ha cerrado todas las puertas diplomáticas y ha aprovechado esta oportunidad para poder fortalecer su política exterior respecto al PKK en regiones que antiguamente eran lejanas y contrarias a sus intereses. De estas instancias diplomáticas es destacable la realizada el 17 de mayo de 2022, donde Erdogan planteo los requerimientos mínimos para la adhesión de Suecia y Finlandia a la OTAN[2]:

  • El reconocimiento por parte de los aspirantes a la OTAN de la amenaza que suponen los grupos armados kurdos para su país y denunciar públicamente, no sólo al PKK, sino que también a todos sus aliados
  • “Reprimir” a los simpatizantes del PKK dentro de sus países
  • Cese de las restricciones de exportaciones de armas a Turquía
  • Reincorporación al programa F-35, autorización para la compra de más F-16

Las negociaciones tripartitas continuaron hasta la Cumbre de la OTAN en Madrid el 28 de junio, donde se formalizaron los requerimientos para la unión de Suecia y Finlandia por parte de Turquía, instancia en la que las tres naciones firmaron el memorándum tripartito y dieron el visto bueno a la aplicación de tales requerimientos. Destacando el artículo 3° con la lucha contra el terrorismo, 4° la negativa de brindar apoyo a las Unidades de Protección Popular (YPD por sus siglas en kurdo) y la condena a todos los actos terroristas y la solidaridad con Turquía y las víctimas del terrorismo, 5° declaración y confirmación que el PKK es una organización terrorista proscrita y el 8° articulo con instauración de diversos mecanismos e instituciones para perseguir al terrorismo.

Con la firma del memorándum y la consecuente aceptación de los requerimientos turcos por parte de Suecia y Finlandia, Turquía aplica los artículos de este tratado y solicita el 16 de agosto 2022 la extradición de diversos elementos del PKK en territorio sueco. Sin embargo, ante una sorpresiva reacción nacional, Suecia decide no cumplir con los requerimientos de Ankara y no deportar a los miembros del PKK, acción que Turquía considero una falta grave del tratado firmando el 28 de junio y trayendo como consecuencia directa e inmediata el bloqueo de la adhesión de Suecia a la OTAN[3].

Este congelamiento de las relaciones entre Suecia y Turquía traen consigo una seguidilla de problemas internos para el país escandinavo. Por una parte, los miembros del PKK residentes en Suecia el 14 de enero de 2023 colgaron a las afueras de la embajada de Turquía en Suecia un muñeco de Erdogan, provocando el malestar general del gobierno turco, quienes solicitaron una reunión con los representantes suecos para que dieran explicaciones ante tal evento, lo que claramente fue tomado por Ankara como una provocación política. Adicionalmente a este problema internacional, el 21 de enero del mismo año, Rasmus Paludan, líder del partido de ultraderecha sueco “Stram Kurs”, quemó una copia del Corán nuevamente a las afueras de la embajada turca en Estocolmo, acusando que no se detendría hasta que Suecia fuese aceptada en la OTAN. Tal acción no solo provocó el malestar político de Turquía, además genero malestar entre las diversas comunidades musulmanas a nivel mundial, cerrando con doble candado, problemas políticos internos y problemas religiosos, la incorporación de Suecia a la OTAN.

Muñeco de Erdogan a las afueras de la embajada de Turquía en Estocolmo. 14 enero de 2023.
Rasmus Paludan quemando el Corán en el frontis de la embajada de Turquía en Suecia. 21 enero de 2023.

Finlandia, por su parte y viendo el deplorable estado en el que se encuentran las relaciones entre Suecia y Turquía, decide dar un giro en su estrategia. Opta por abandonar el principio de incorporación doble a la OTAN, donde era condición sine qua non la unión de Suecia y Finlandia a la alianza, por una incorporación individual, ya que sus relaciones con Ankara estaban en mejor estado que la de su vecino. Es por ello que el 6 de febrero de 2023 Finlandia da un paso adelante en las negociaciones para la incorporación final a la Alianza[4] , pues cuenta con el beneplácito y autorización de Turquía.

Finalmente, la incorporación formal de Finlandia a la OTAN se realiza el 4 de abril de 2023, mientras que el ingreso de Suecia sigue estando lejano, tanto por su inacción a la hora de cumplir con los requerimientos turcos, como también, por el fuerte clima interno ultranacionalista que plantea la expulsión de inmigrantes para poder perpetuar su Estado Bienestar y que este no se vea colapsado[5].

Declaración del presidente finlandés sobre la unión de Finlandia a la OTAN. 4 abril de 2023
OTAN luego de la Unión de Finlandia. 4 abril de 2023

Expuesto lo anterior, cabe preguntarnos qué es el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (Partiya Karkeren “Kurdistan PKK”) y por qué para Turquía es tan importante perseguir, encontrar y enjuiciar a sus miembros, lo suficiente para bloquear los intentos suecos de unión a la OTAN. Según O´Connor, en su articulo “The Kurdish Workers Party (PKK). In the Kurdish Movement in Turkey”; define al Partido como una fuerza insurgente nacida en los montes del Kurdistán con una fuerte carga ideológica socialista enmarcada en la emancipación de los pueblos[6], siendo esta última característica la más peligrosa para el Estado turco.

En el articulo de Marcus, A. de 2007 “Turkey´s PKK Rise: Fall, Rise Again? Estima que la población Kurda en Turquía es cercana a los 15 millones de personas, siendo un 20% de la población turca. Dato no menor, considerando que el Kurdistán no solo tiene pretensiones territoriales en Turquía, sino que también en territorios de 4 Estados diferentes, lo que supondría para cualquier Estado moderno una amenaza absoluta para la permanencia y continuidad del proyecto Estado-Nación.

A grandes rasgos, el PKK reivindica la independencia de los territorios del Kurdistán (Sureste de Turquía, Norte de Siria e Iraq y el Noroeste de Irán) para crear una nación soberana para el pueblo Kurdo, para ello se han valido de diversas herramientas y plataformas, las que van desde prácticas políticas pacíficas como puede ser la lucha por distritos electorales, hasta actos terroristas e insurrección social frente a las autoridades turcas, las que estallarían en 1984 con una guerra de guerrillas contra las fuerzas turcas, alcanzando su punto más álgido en 1993, donde dado su alcance político, apoyo social y fuerza militar se pudo haber formado un Kurdistán libre al interior de Turquía[7], quien para evitar la fragmentación y perdida del territorio, decidió aplicar la Doctrina de Dominación del Territorio, la que se basaba en el desplazamiento masivo de población rural kurda de sus territorios históricos, para privar de apoyo e inteligencia local al PKK, estimando a la población desplazada forzosamente en dos millones de personas según Human Right Watch[8].

Con estos antecedentes sobre el PKK no es de extrañar la postura de Ankara sobre Suecia y su unión a la OTAN bloqueando todo intento formal hasta que no se tengan certezas o al menos, hasta que no se formalicen las deportaciones acordadas en las reuniones tripartitas. Cabe destacar, además, que tanto para Turquía como para los Estados Unidos el PKK es una organización terrorista de máximo interés, llegando al punto de ofrecer recompensas por información que lleve a la captura de los miembros de este partido[9].

Suecia posee la llave para unirse a la OTAN mientras que Turquía tiene en su poder el candado, solamente hace falta la voluntad final sueca para usar su llave y unirse a la alianza, sin embargo, dado su último actuar, pareciera ser que no existen intenciones reales de unirse.


[1] de Ayala, J. E. (2008). La OTAN y la defensa europea: La cumbre de Bucarest amplía la Alianza. Política Exterior, 22(123), 11–19. http://www.jstor.org/stable/41806458

[2] https://www.bloomberg.com/news/articles/2022-05-17/what-turkey-wants-from-sweden-and-finland-in-nato-expansion-spat?leadSource=uverify%20wall

[3] https://galaxiamilitar.es/suecia-cumplira-los-terminos-del-acuerdo-de-la-otan-con-turquia-segun-la-ministra-andersson/

[4] https://www.iltalehti.fi/politiikka/a/6ff4fa9a-d0fb-4728-96d2-5aeba1391730

[5] https://nuso.org/articulo/gritar-fascistas-no-alcanza/imprimir/

[6] O’Connor, F. (2017). The Kurdish Workers Party (PKK). In The Kurdish Movement in Turkey: Between Political Differentiation and Violent Confrontation (pp. 6–7). Peace Research Institute Frankfurt. http://www.jstor.org/stable/resrep17632.6

[7] O’Connor, F. (2017). The Kurdish Workers Party (PKK). In The Kurdish Movement in Turkey: Between Political Differentiation and Violent Confrontation (pp. 6–7). Peace Research Institute Frankfurt. http://www.jstor.org/stable/resrep17632.6

[8] HRW 1994; Jongerden 2007: 45

[9] https://rewardsforjustice.net/es/rewards/partido-de-los-trabajadores-de-kurdistan-kurdistan-workers-party-pkk/

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