Estudiante de Licenciatura en Estudios Internacionales en la Universidad de Chile.
Correo: quynh.vu@ug.uchile.cl
Introducción
Antes de comenzar este análisis, es importante destacar la importancia del río Mekong, una de las vías fluviales más extensas e importantes del mundo, el cual desempeña un papel crucial en la geografía y en el desarrollo económico de los países del sudeste asiático. Con una longitud que supera los 4.900 kilómetros, su cauce se origina en las montañas de la provincia de Qinghai (青海), China, y atraviesa seis naciones, entre ellas Laos, Tailandia, Camboya y Vietnam, hasta desembocar en el Mar del Este.
Esta vasta red fluvial constituye un eje vital para el transporte, la agricultura y el comercio en la región, siendo un recurso esencial para el sustento de millones de personas. A lo largo de su recorrido, el Mekong no solo se presenta como una frontera natural entre naciones, sino que también es un regulador clave del flujo hídrico de la región, en especial del lago Tonlé Sap, el mayor lago de agua dulce del Sudeste Asiático. Sin embargo, a pesar de su magnitud, el río no desempeña un papel significativo en el comercio y la logística de Camboya, lo que ha generado desafíos para el desarrollo económico de ese país.
En este contexto, Camboya dio inicio en 2024 a la construcción del Proyecto del Canal Funan Techo, una iniciativa estratégica impulsada por el primer ministro Hun Manet tras su ascenso al poder en 2023. Este proyecto tiene como objetivo conectar el puerto autónomo de Phnom Penh con la provincia costera de Kep, atravesando varias provincias clave del país. Con una inversión de más de mil millones de dólares, el canal busca promover el desarrollo económico al reducir la dependencia de Camboya de Vietnam para el transporte de bienes y al fortalecer las infraestructuras logísticas del país.
Más allá de su relevancia económica, el proyecto también está cargado de importantes implicaciones geopolíticas y estratégicas, al involucrar tanto a Vietnam como a China, quienes desempeñan un papel central en la región. Así, la construcción de esta vía fluvial no solo responde a las necesidades de crecimiento interno de Camboya, sino que también se inserta en un contexto de dinámicas regionales que afectan el equilibrio de poder y la cooperación entre sus vecinos.
De esta forma, este artículo tiene como objetivo analizar cómo el Proyecto del Canal Funan Techo refleja las dinámicas regionales actuales de Camboya, Vietnam y China en torno a esta obra. Además, se explorará el simbolismo detrás del nombre “Funan”, que evoca el antiguo reino que floreció en esta región, subrayando la relevancia histórica y geopolítica del proyecto. A través de este análisis, se destaca no solo la importancia estratégica del canal en términos de infraestructura y desarrollo, sino también su profundo significado en el contexto de la región.
Canal Funan Techo
El Canal Funan Techo es un desarrollo estratégico crucial tanto para Camboya como para China, ilustrando las complejas dinámicas geopolíticas y económicas que configuran las relaciones en el Sudeste Asiático. Este proyecto, con un costo estimado de 1.700 millones de dólares, representa una inversión significativa en la infraestructura del país. Su construcción comenzó el 5 de agosto de 2024 y se estima que tomará cuatro años completarla. El canal recorrerá 180 kilómetros, conectando el río Basak, un afluente del Mekong, con la provincia costera de Kampot. El objetivo principal es optimizar el transporte y la logística de Phnom Penh, la capital camboyana, y sus áreas circundantes, mejorando la conectividad interna del país y potenciando su capacidad comercial y logística.
El proyecto se ejecuta bajo el modelo de construcción, operación y transferencia (en inglés: build-operate-transfer o BOT), en el cual la empresa estatal china China Road and Bridge Corporation (CRBC) asumirá la construcción y la operación del canal durante 50 años, periodo durante el cual obtendrá los beneficios derivados de su gestión. Al término de este plazo, los derechos de operación se transferirán al gobierno camboyano. Este modelo de BOT permite a Camboya beneficiarse de infraestructura avanzada sin asumir grandes deudas inmediatas, un factor clave en la relación económica entre ambos países.
Rol de China
Con respecto al papel de China en el proyecto es significativo, la colaboración entre Camboya y China a través de la CRBC subraya el creciente rol de China como socio estratégico en el Sudeste Asiático. La CRBC es una de las principales empresas estatales chinas especializadas en infraestructura y, además de estar a cargo de este canal, también gestiona la autopista Phnom Penh-Sihanoukville, consolidando su presencia en la infraestructura crítica de Camboya. Esta creciente dependencia de Camboya en la inversión china no solo es un reflejo de las limitaciones económicas del país, sino también de una estrategia deliberada para reducir el endeudamiento directo con China, favoreciendo en cambio concesiones operativas a largo plazo que permitan a Camboya acceder a infraestructura avanzada sin los compromisos financieros inmediatos de los préstamos tradicionales.
Desde el punto de vista de China, el canal Funan Techo tiene un valor estratégico considerable, ya que ofrecerá una nueva salida al mar para la región suroeste de China, facilitando el comercio y reduciendo la dependencia del estrecho de Malaca. Este estrecho es una de las rutas comerciales más transitadas del mundo, y se estima que entre el 70% y el 80% de las importaciones de petróleo crudo de China y Japón pasan por allí. Al proporcionar una alternativa estratégica al estrecho de Malaca, el canal refuerza las rutas comerciales chinas y mejora su seguridad económica a largo plazo, reduciendo su vulnerabilidad ante posibles bloqueos o tensiones geopolíticas en esa vía marítima clave.
Además de las implicaciones económicas, el proyecto tiene claras connotaciones geopolíticas. Al otorgar a China la gestión del canal durante 50 años, Camboya refuerza su alianza con Beijing y solidifica su lugar en la órbita de influencia china dentro de la ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático). Para Camboya, este tipo de alianzas no solo asegura la inversión extranjera en infraestructura crítica, sino que también posiciona al país como un actor clave dentro de la estrategia más amplia de China para aumentar su influencia en la región del Sudeste Asiático. Por su parte, China podrá obtener acceso privilegiado a rutas comerciales y una mayor influencia en la infraestructura de transporte de la región, lo que fortalece su posición geopolítica frente a competidores globales.
¿Será un simple nombre?
El Canal Funan Techo no solo es relevante desde una perspectiva económica y geopolítica, sino que también tiene un profundo significado histórico y cultural para Camboya. Originalmente conocido como el Sistema de Transporte y Logística del Río Bassac (BRNLS), el canal fue renombrado en mayo de 2023 por el entonces Primer Ministro Hun Sen, durante la sexta sesión plenaria de la Asamblea Nacional. Este cambio de nombre es un gesto simbólico que conecta el proyecto con la historia y la identidad cultural de Camboya, subrayando su importancia no solo como infraestructura moderna, sino también como un símbolo del pasado glorioso y de las aspiraciones de futuro del país.
El término “Techo” proviene del idioma jemer y tiene connotaciones militares, refiriéndose a una figura de alto rango similar a un “Gran Gobernador”. Como símbolos de la resistencia, lealtad y valentía, el uso de “Techo” en el nombre del canal pareciera buscar emular dichos valores, subrayando el papel del proyecto en la protección y el desarrollo de la región sur del país, con un enfoque particular en Phnom Penh.
Por otro lado, el término “Funan” (扶南; Fúnán) proviene de antiguos textos chinos que hacen referencia a un reino histórico en la península de Indochina, que abarcaba partes de lo que hoy son Camboya, Vietnam, Laos y Tailandia. Aunque no existen referencias directas al nombre “Funan” en documentos locales de la región, su inclusión en textos chinos, especialmente a través de los enviados Kang Tai y Zhu Ying en el siglo III, ha mantenido su relevancia como un símbolo del esplendor histórico de Camboya. Asimismo, el uso de “Funan” en el nombre del canal refuerza la idea de que el proyecto no solo tiene un impacto contemporáneo, sino que también conecta al país con su herencia histórica, proyectando la ambición de recuperar su antiguo esplendor.
Perspectivas de la obra
El Canal Funan Techo posee potenciales de generar enormes beneficios económicos y sociales para Camboya. No solo mejorará la infraestructura de transporte del país, sino que también impulsará el desarrollo urbano y turístico a lo largo de su recorrido. Ciudades costeras como Kep y Kampot, conectadas directamente con Phnom Penh a través del canal, se espera que experimenten una revitalización económica, atrayendo inversiones en bienes raíces y fomentando el crecimiento del turismo y los negocios locales. Esto también mejorará significativamente la calidad de vida de los residentes locales, al facilitar el acceso a nuevos mercados y oportunidades económicas.
El impacto del canal también será evidente en la creación de empleo. Según estimaciones de The Straits Times, el proyecto generará aproximadamente 1,6 millones de puestos de trabajo en las provincias por donde pasa, como Kampot, Kandal y Takeo. Estos empleos abarcarán desde la construcción y operación del canal hasta el desarrollo de nuevas áreas residenciales, comerciales y turísticas. Esto contribuirá al bienestar económico de las comunidades locales y estimulará el crecimiento de sectores clave como el turismo, la construcción y los servicios.
Al mismo tiempo, cabe destacar la subregión del Mekong, donde se desarrolla el proyecto, es una zona de vital importancia geopolítica debido a su posición estratégica. Sirve como un corredor natural que conecta el sur de Asia con el sudeste asiático, y facilita el tránsito entre los océanos Índico y Pacífico. Este punto geográfico es crucial para las principales potencias mundiales, ya que proporciona acceso directo a rutas comerciales esenciales y garantiza el flujo seguro de mercancías y recursos energéticos, como el petróleo y el gas, que son fundamentales para el desarrollo económico de la región y más allá.
El estrecho de Malaca, en particular, es una de las rutas marítimas más importantes del mundo, y ha sido un centro de comercio clave desde el siglo VII. Aproximadamente un tercio del volumen de transporte marítimo mundial pasa por esta vía, que conecta a países como China, Japón y Corea del Sur con los mercados globales. Además de los recursos energéticos, una gran variedad de bienes, incluidos textiles, productos electrónicos, automóviles y alimentos, se transportan a través del estrecho, consolidando al sudeste asiático como un eje central del comercio global.
El Mar de China Meridional también tiene una relevancia geoeconómica significativa, ya que es una ruta marítima vital que conecta a Asia con Europa y otras regiones del mundo. Este mar es crucial tanto para el comercio global como para la seguridad y el desarrollo de los países que lo rodean, lo que ha llevado a que las grandes potencias, incluidas China y Estados Unidos, establezcan políticas exteriores específicas y estrategias de influencia en esta región.
Controversias y disputas: preocupación del mundo occidental
El Canal Funan en Camboya ha emergido como un tema de preocupación geopolítica y controversia, particularmente en el contexto de las crecientes relaciones entre Camboya y China. Ubicado en el Golfo de Tailandia y cercano a la base naval de Ream, este canal es visto con inquietud por naciones occidentales y vecinos regionales. La controversia radica en que su ubicación estratégica podría facilitar la expansión de la influencia militar china, un aspecto que preocupa a Estados Unidos, Vietnam y otros países de la región. Estos temores se basan en la posibilidad de que el canal se convierta en un nodo dentro de la estrategia china para establecer una “marina de aguas azules”, la cual permitiría a China operar y mantener su flota lejos de sus fronteras inmediatas, proyectando su influencia en el sudeste asiático y el océano Índico.
Una de las principales preocupaciones occidentales radica en la soberanía de Camboya frente a los acuerdos alcanzados con China, los cuales no siempre son del todo transparentes. Aunque el gobierno camboyano ha negado permitir bases extranjeras en su territorio, la cercanía entre el Canal Funan y la base de Ream sugiere una posible colaboración militar más profunda. Esta falta de claridad ha generado dudas en Estados Unidos y otras naciones sobre la independencia de las decisiones estratégicas de Camboya. La situación recuerda a otros proyectos financiados por empresas estatales chinas en la región, como los puertos de Gwadar en Pakistán y Hambantota en Sri Lanka. Estos proyectos, aunque inicialmente orientados al desarrollo económico, han terminado adquiriendo una dimensión geopolítica, al otorgar a China una presencia estratégica en áreas clave para la navegación y la seguridad regional.
Desde la perspectiva occidental, la militarización de infraestructuras civiles o de doble uso, como puertos y canales, representa una amenaza al equilibrio de poder en Asia Pacífico. La posible presencia china en el Canal Funan, unida a la base de Ream, es vista como un riesgo para el acceso de terceros países al sudeste asiático y para la libertad de navegación en una región crucial para el comercio mundial. Estados Unidos y aliados como Australia y Japón temen que el control chino de estas infraestructuras conlleve un patrón de influencia similar al observado en otros lugares donde China ha financiado grandes proyectos de infraestructura. En consecuencia, la expansión de China en Camboya podría considerarse como una estrategia de control indirecto que, a largo plazo, limitaría la autonomía de otros actores en la región.
Finalmente, la proximidad del Canal Funan y la base de Ream al estrecho de Malaca refuerza su importancia geopolítica. En un escenario de conflicto, el acceso a bases cercanas como las de Ream podría fortalecer la capacidad de China para ejercer presión en el estrecho, limitando el tránsito de buques y la libre circulación de mercancías. Este control estratégico incrementaría la influencia china sobre las rutas comerciales y otorgaría una ventaja en caso de tensiones en el Mar de China Meridional, donde ya existen conflictos territoriales con otros países de la región.
Conclusión
En resumen, el río Mekong es una de las vías fluviales más importantes del Sudeste Asiático, siendo esencial para la agricultura, el transporte y el sustento de millones de personas. A pesar de su relevancia en la región, Camboya no ha logrado capitalizar completamente el potencial comercial del Mekong, lo que ha impulsado la creación del proyecto del Canal Funan Techo en 2024, bajo la dirección del primer ministro Hun Manet. Este proyecto tiene como objetivo conectar el puerto de Phnom Penh con la costa, reduciendo la dependencia con Vietnam para el comercio y fortaleciendo la infraestructura del país.
El canal no solo representa un avance económico importante para Camboya, sino que también tiene profundas implicaciones geopolíticas. Al estar gestionado por la empresa estatal china CRBC durante 50 años, refuerza los lazos de Camboya con China, consolidando la influencia de Beijing en la región. Además, el canal ofrece a China una alternativa estratégica al estrecho de Malaca, una de las rutas comerciales más transitadas del mundo, lo que fortalece su seguridad económica.
El proyecto también tiene un fuerte componente simbólico, ya que el nombre “Funan” evoca un antiguo reino que abarcaba territorios del sudeste asiático, reforzando el vínculo histórico y cultural de Camboya con su pasado glorioso. En términos de impacto, se espera que el canal genere empleo, desarrolle el turismo y revitalice ciudades costeras como Kep y Kampot, mejorando la calidad de vida y las oportunidades económicas para la población local.
Por lo tanto, es válido decir que el Canal Funan Techo no solo será una obra de infraestructura crucial para Camboya, sino que también actuará como catalizador del desarrollo económico y social a gran escala, mejorando la conectividad, generando empleo y consolidando a Camboya como un actor relevante en la geopolítica y la economía del Sudeste Asiático. Además, la influencia de China en esta infraestructura clave plantea interrogantes sobre el futuro del equilibrio de poder en Asia-Pacífico, así como sobre la soberanía y las capacidades de los países vecinos para contrarrestar una presencia china cada vez más consolidada. El proyecto no solo es una obra clave para Camboya, sino también un reflejo de las dinámicas actuales, especialmente con China como un actor central en su desarrollo y gestión, además de simbolizar un renacimiento de la identidad histórica de la nación.