Desde los años de la Guerra Fría hasta la actualidad, Nueva Zelanda ha mantenido un vínculo estratégico con el sudeste asiático mediante la cooperación económica y en seguridad. En su relación con ASEAN, Wellington no solo busca estabilidad regional, sino que también encuentra en Vietnam un socio clave para asegurar su seguridad alimentaria y diversificar su acceso a sectores emergentes como la energía verde. A medida que las tensiones geopolíticas en Asia Pacífico se intensifican, Nueva Zelanda refuerza sus lazos con la región, utilizando estos vínculos como una herramienta de contrapeso en la competencia entre China y Estados Unidos.