Durante la cumbre de la OTAN en Madrid el 28 de junio de 2022, Turquía formalizó y presentó su memorándum ante Suecia y Finlandia con los requerimientos mínimos para su ingreso a la alianza militar. Tales exigencias tenían como principios angulares la lucha contra el terrorismo kurdo, el cese de las restricciones que impedían a Turquía adquirir material bélico, especialmente los cazas F-16 y la creación de mecanismos de seguridad y cooperación entre las partes. Tanto Suecia como Finlandia acordaron que estos requerimientos eran justos y fueron ratificados durante la Cumbre, abriendo las puertas para su ingreso a la OTAN.
Turquía, en consideración de la ratificación de los acuerdos de Madrid, decidió aplicar el 16 de agosto de 2022 los artículos dedicados a la lucha contra el terrorismo, solicitando la extradición de diversos elementos del PKK (Partido de los Trabajadores de Kurdistán) en territorio sueco, sin embargo, Suecia en un giro político inesperado, decidió unilateralmente no cumplir con el pedido de Ankara y evitó la deportación de los miembros de la agrupación kurda. Esta acción fue criticada por Recep Tayyip Erdoğan y el gobierno turco, quienes haciendo uso de las facultades dadas a los miembros de la OTAN, bloqueó el ingreso de Suecia a la Alianza.
Con el veto turco en contra de Suecia, Finlandia cambia su estrategia de ingreso a la alianza y decide una unión individual, iniciando negociaciones con el gobierno turco el 6 de febrero de 2023, donde el trabajo diplomático llegaría a buen puerto el 4 de abril, fecha donde se produce la incorporación formal de Finlandia a la OTAN. Mientras tanto, Suecia se mantenía en un limbo político y geoestratégico, ya que no deseaba ceder a los intereses turcos y realizar modificaciones a su estatus internacional. Sin embargo, aún mantenía en pie su deseo de formar parte de la alianza. Este limbo llegó a su fin aproximadamente un año después, el 10 de julio de 2023 en el marco de la Cumbre de la OTAN en Vilna, capital de Lituania.
Esta nueva cumbre de la OTAN reunió al Secretario General de la alianza, Jens Stoltenberg, con Erdoğan, presidente de Turquía, y al primer ministro sueco, Ulf Kristersson. En esta reunión se expusieron nuevamente los requerimientos de Turquía para el ingreso de Suecia a la alianza, los cuales mantenían los principios básicos del memorándum tripartito del 28 de junio de 2022, pero agregaban un elemento especial, el apoyo irrestricto por parte de Suecia a los deseos turcos de incorporarse a la Unión Europea, uno de los anhelos históricos de la política exterior turca.
Según lo pagina oficial de la OTAN[1] y el diario turco Anadolu Ajansi[2], Suecia debe realizar diversas modificaciones en su sistema judicial interno para poder cumplir con los nuevos requerimientos turcos, tales como enmiendas en su constitución y cambiar algunas de sus leyes centradas en el estatus de protección y asilo, además de expandir su cooperación contraterrorista contra grupos disidentes turcos, entre los cuales se encuentran diversos grupos Kurdos como el PKK[3], el YPD[4] y el grupo FETO[5]. Sumado a esto, Suecia debe establecer su apoyo incondicional a la candidatura de Turquía a la Unión Europea. Cabe mencionar que, hasta el momento, es un acuerdo formal entre las partes y que no hay una sentencia clara en la adhesión sueca a la OTAN, pues todavía existe el recuerdo de lo ocurrido el 16 de agosto de 2022, donde Suecia ignoró los acuerdos de la Cumbre de Madrid.

El nuevo acuerdo alcanzado en la cumbre de Vilna celebrada el 11 y 12 de julio de este año se enmarca en el juego geoestratégico que está ejecutando Erdoğan, quien durante los primeros meses de la Operación Militar Especial iniciada por Rusia parecía convertirse en un agente neutral que actuaría como canal de comunicación y mediador entre las partes involucradas, alcanzando grandes éxitos y acuerdos, destacando la Iniciativa del Grano del Mar Negro, el que permitió el traslado de los cereales ucranianos detenidos en los puertos de Odesa, y el acuerdo de Mariúpol con los prisioneros de guerra de la batalla de Azovstal. Sin embargo, Turquía sigue siendo un miembro clave en la Alianza del Atlántico Norte, por lo que su postura real es más cercana a Occidente que a Rusia , y es aún más cercana a sus propios intereses.
Es debido a esto que, al trascurrir los meses y la extensión de las acciones bélicas, Turquía ha desplegado una batería de acuerdos militares, estratégicos, políticos y comerciales con diversos actores, incluidos acuerdos bilaterales con Ucrania en el ámbito militar, permitiendo la creación de una fábrica de la empresa turca Baykar[6], encargada de producir los drones de combate Bayraktar TB2, los que tuvieron un papel protagónico los primeros meses de iniciadas las hostilidades. Este acuerdo constituye la alineación de Ankara con la OTAN, enmarcándose en los planes de fortalecer la industria militar ucraniana mediante la creación de empresas estratégicas en el territorio, prueba de ello es la decisión de Rheinmetall, la empresa alemana encargada de producir los tanques Leopard, de abrir una planta para la producción de vehículos blindados en Ucrania[7].
Estos acuerdos han llevado a choques con Rusia, llegando al punto que Recep Tayyip Erdoğan tuvo que declarar que su participación en la guerra es “justa y equilibrada”[8]. La declaración sobre la postura de Turquía nace frente las declaraciones del portavoz del presidente de Rusia, Dmitri Peskov[9] y Viktor Bondarev, jefe del Comité de Defensa y Seguridad del Consejo de la Federación Rusa, quienes acusaron a Ankara de estar convirtiéndose de un país neutral a uno hostil[10], luego que Turquía autorizara el traslado de comandantes del Batallón Nacional Azov, también conocido como Regimiento Azov, de regreso a Ucrania, contraviniendo el acuerdo firmado entre Rusia y Turquía, donde establecían que los comandantes y las fuerzas de tal regimiento quedarían en arresto domiciliario en Turquía hasta el final de la Operación Militar Especial.
Con la Cumbre de la OTAN en Vilna y la rapidez con la que se han alcanzado acuerdos, nos hacen adoptar dos posturas de cuestionamiento contradictorias. Los tratados discutidos nacen de la seguridad respecto a la debilidad rusa luego del levantamiento militar de Yevgueni Prigozhin, líder del grupo de mercenarios Wagner o bien, nacen de la ausencia de resultados por parte de la tan esperada y aclamada contraofensiva ucraniana, que hasta el día no ha recuperado ningún asentamiento estratégico. Es, ante el posicionamiento de esta postura contradictoria, que podemos entender la política exterior turca.
[1] https://www.nato.int/cps/en/natohq/news_217015.htm
[2] https://www.aa.com.tr/en/europe/turkiye-agrees-to-forward-swedens-ratification-to-parliament-nato-chief/2942064
[3] Partido de los Trabajadores del Kurdistán
[4] Unidades de Protección Popular Kurdas
[5] Fetullah Terrorist Organization.
[6] https://hromadske.ua/posts/v-ukrayini-vzhe-buduyut-zavod-z-virobnictva-bajraktariv-ministr
[7] https://hromadske.ua/posts/rheinmetall-vidkriye-v-ukrayini-zavod-z-virobnictva-bronetehniki-protyagom-3-misyaciv-gendirektor
[8] https://www.aa.com.tr/es/turkiye/erdogan-la-postura-de-ankara-en-la-guerra-entre-rusia-y-ucrania-es-justa-y-equilibrada-/2940332
[9] https://hromadske.ua/posts/u-kremli-pobidkalisya-na-porushennya-domovlenostej-cherez-povernennya-v-ukrayinu-komandiriv-z-azovstali
[10] https://tass.ru/politika/18231297
Licenciado en Historia en la Universidad de Chile, Diplomado en Política y Sociedad en el Mundo Árabe (CEA) y Diplomado en Estudios Internacionales (IEI).
ceron@tarpan.cl