Persiguiendo el átomo: La carrera nuclear iraní

Planta nuclear de Bushehr en el sur de Irán. EFE/ ABEDIN TAHERKENAREH

Foto: Planta nuclear de Bushehr en el sur de Irán. EFE/ ABEDIN TAHERKENAREH

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El Programa Nuclear de Irán

La República Islámica de Irán, es una de las potencias regionales de Medio Oriente y en los últimos años se ha convertido en un agente clave en la geopolítica internacional, tiene acceso directo al Golfo Pérsico y al Golfo de Omán, además de control privilegiado del Estrecho de Ormuz, enclaves marítimos estratégicos en lo que respecta al comercio internacional de crudo, además según las cifras de la OECD y la Energy Information Administration (EIA), Irán fue el quinto mayor productor de crudo de la OPEC en 2021 y el tercer productor de gas natural a nivel mundial en 2020.

Su economía es relativamente diversificada si la comparamos con el resto de la región, sin embargo, su mayor fortaleza económica radica en la exportación de petróleo, alcanzando en el 2021 ganancias aproximadas de $40 billones de dólares, a pesar de lo anterior, lo que captura poderosamente la atención respecto a Irán es su capacidad nuclear, siendo la única nación de la región que posee una central nuclear y centros de enriquecimiento de uranio.

Según los informes de World Nuclear Association (WNA), la International Atomic Energy Agency (IAEA) y el EIA, Irán posee únicamente un reactor nuclear en funcionamiento, el Bushehr I, con una capacidad de 915 MWe y está bajo construcción un segundo reactor el Bushehr II con una capacidad estimativa de 974 MWe. Estos dos reactores se adscriben al Programa Nuclear de Irán, el cual no ha estado exento de problemas, en su mayoría resultado de la intervención estadounidense y la aparente escasez de uranio. En base a los datos entregados en el informe “Uranium 2022. Resources, Production and Demand”, Irán posee dos minas de uranio activas, la Saghand 1 y 2, las que comenzaron su construcción en 1997 y 1998. Adicionalmente cuenta con 4 zonas de interés; 1) Kerman – Sistar, 2) Naiin – Jandaq, 3) Birjand – Kashmar y 4) Hamedan – Marand.

El Programa Nuclear Iraní, es un proyecto que se ha enfrentado a diversos altibajos, problemas logísticos, intervenciones extranjeras, disputas territoriales y de poder. Podemos dividir el grueso del programa nuclear de Irán en dos grandes etapas. La primera favorecida por su alianza con Estados Unidos durante el reinado del Shah y la segunda con la llegada de la Revolución Islámica y la creación de nuevas alianzas estratégicas.

Primera Etapa. El Reinado del Shah y la Alianza con Estados Unidos.

Cuando aún era un aliado de los Estados Unidos, el gobierno del Shah de Irán firmó un acuerdo de cooperación nuclear civil en 1957. Mediante este acuerdo se fundaron la Tehran Nuclear Research Center (TNRC), Tehran Nuclear Research Reactor (TNRR) y diversoscentros de investigación.

Para asegurar la cooperación estadounidense, Irán firmo un acuerdo de Seguridad con la International Atomic Energy Agency (IAEA), para 1968 ratifico el Tratado de No Proliferación Nuclear y, en 1974, accedió a un acuerdo entre la IAEA y la Atomic Energy Organization of Iran (AEOI), que surge con la intención de enriquecer uranio y aprovechar las capacidades civiles de la misma. En 1975 Irán planeaba construir 22 reactores nucleares a lo largo de la década, para ello accedió a un acuerdo con EuroDef de aproximadamente un $1 Billón y en 1976, Teherán establece un contrato con la firma alemana Kraftwerk Union para la construcción de dos reactores refrigerados por agua ligeros (LWRs) en la ciudad de Bushehr.

«Una cuarta parte de los científicos de Energía Nuclear de Irán son mujeres» (1968). La imagen muestra a académicas iraníes posando frente al reactor de investigación de Teherán.

Segunda Etapa. De la Revolución Islámica al Nuevo Milenio.

Con la irrupción de la Revolución Islámica (1978-1979) y la caída de la Dinastía Pahlavi, Irán se enfrentó a diversas transformaciones, entre las cuales destaca la pérdida de las viejas alianzas y el surgimiento de otras nuevas, las que tendrían una repercusión directa en los contratos occidentales en materia nuclear y el Programa de Desarrollo Nuclear de Irán.

Con la revolución gran parte de los científicos del proyecto huyeron y parte del equipo destinado al desarrollo nuclear fue olvidado, además los contratos con empresas extranjeras se retiraron, como ocurrió con EuroDif y otras fueron obligadas a suspender sus actividades como lo ocurrido a Kraftwerk Union que, al ser presionada por Estados Unidos, suspendió los trabajos en el complejo nuclear de Bushehr dejando dos reactores del sitio parcialmente completados, complejo que además sufrió daños de diversa magnitud durante la guerra Irán – Irak debido a los asaltos aéreos.

Para 1985 y con ayuda francesa, Irán completo un complejo de conversión de uranio y producción de combustible en Isfahán. En los primeros años de la década de los 90, Irán había avanzado en sus esfuerzos de enriquecimiento de uranio y condujo investigaciones para el reprocesamiento de plutonio. En 1995, la firma rusa Zarubezhatomenergostroi firmó contratos con la AEOI con la intención de completar y reparar la planta de Bushehr, convirtiendo este contrato en el paso físico inicial para la cooperación ruso – iraní luego de la firma de entendimiento en el protocolo secreto Rusia – Irán de 1992, donde el gobierno ruso se comprometía a proveer a Irán de tecnología nuclear, así como instalaciones para reprocesar plutonio y enriquecer uranio.

Sin embargo, este protocolo se enfrento a un problema. Los servicios secretos estadounidenses habían descubierto este tratado y habían presionado a Rusia para anular el acuerdo, quien se vio obligada a acceder, pero no sin antes completar la construcción de los reactores de Bushehr. Si bien, debido a la presión ejercida por Estados Unidos, Irán había perdido a Rusia como su aliado técnico, aún contaba de su lado con dos naciones, China y Pakistán.

China en los primeros años de los 90 se había convertido en el mayor proveedor de Teherán, entregando recursos y tecnología, reactores para investigación, equipo de enriquecimiento láser y un complejo de conversión de uranio de escala industrial (Uranium Conversor Facility [UCF]). En 1992, de forma paralela a las conversaciones con Rusia, Irán firmó con China un contrato de venta de un Reactor refrigerado por agua, LWR por sus siglas en inglés, con la capacidad de producir 300 MWe y un reactor para producir plutonio de capacidad militar.

Nuevamente este acuerdo chino – iraní se vio truncado por los servicios de inteligencia norteamericanos. En 1997 el gobierno chino, debido a las presiones norteamericanas decide cesar con su acuerdo nuclear con Irán a cambio de volver al “Acuerdo de Cooperación Nuclear 123” con Estados Unidos. Debido a esto gran parte de los proyectos acordados no fueron entregados o desarrollados, sin embargo, dado el avance conseguido y el desarrollo nacional iraní, Teherán consiguió terminar el UCF de Isfahán.

Con la retirada de Rusia y China de sus acuerdos nucleares con Irán, Teherán quedaba aislada de sus principales aliados en materia nuclear. A pesar de esto, gracias a los avances y el desarrollo de la política nacional nuclear iraní, el que estaba dando los primero resultados y científicos nucleares, pudieron mantener gran parte de los proyectos y terminar los más avanzados. Sin embargo, aún quedaba camino por recorrer antes de poder desarrollar una industria nacional nuclear propia, necesitaban de un apoyo adicional para poder conseguir el desarrollo nuclear, ayuda que fue brindada por Abdul Qadir Khan, padre del Programa de Desarrollo Nuclear de Pakistán.

Con la llegada de A. Q. Khan y su red de trabajo en Irán, el desarrollo de la política nacional nuclear iraní dio un gran salto, en gran medida gracias a la entrega de los diseños de las centrifugas P-1 y P-2, del Programa de Desarrollo Nuclear Pakistaní y la entrega de cientos de centrifugas, en su mayoría de segunda mano, las que, junto con el apoyo técnico, permitieron dar nacimiento y fortalecer al mismo tiempo a la industria nacional nuclear iraní de forma independiente.

Gracias a este impulso el Programa de Desarrollo Iraní dio un salto exponencial, para finales de la década de 1990, Irán había alcanzado la habilidad de enriquecer uranio al 1% U-235, isótopo con la capacidad de crear una reacción en cadena de fisión nuclear, usando una pequeña cascada centrifuga en las instalaciones de la Compañía Eléctrica Kalaye, a las afueras de Teherán. A comienzos del nuevo milenio, comenzó la construcción de dos nuevos centros industriales para el progreso nuclear iraní, la Planta Piloto de Enriquecimiento de Combustible, PFEP por sus siglas en inglés, y la Planta de Enriquecimiento de Combustible (FEP) en Natanz, la primera planeada con 1.000 centrifugas de alta velocidad y la segunda con 50.000 centrifugas.

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