La compleja situación de Chipre se completa con la creación de la llamada Línea Verde, una zona desmilitarizada bajo control de la ONU que separa ambas mitades de la isla. Esta franja, también conocida como la «Línea Atila» por los turcos, se extiende a lo largo de 180 kilómetros, dividiendo no solo la isla, sino también su capital, Nicosia, en dos partes.