El país es gobernado por una junta militar desde febrero de 2021, después de que el comandante en jefe de las fuerzas armadas, Min Aung Hlaing, sacara del poder a la administración encabezada por la ex premio nobel de la paz Aung San Suu Kyi, líder del movimiento democrático birmano.
Myanmmar (ex Birmania) está enfrentando en estos momentos una compleja guerra interna a distintos bandos, la cual es fruto de décadas de conflictos étnicos y disputas políticas sin resolver, a la cual se suma el masivo desplazamiento forzado de los rohinyás, etnia de confesión mayoritaria musulmana.
China, en su rol de nuevo hegemón y con importantes intereses en materia de seguridad y economía en Myanmar, es un actor relevante en esta fase del conflicto en el país asiático, posicionándose como un mediador de alto al fuego entre las partes.
Tregua parcial
A pesar del logro de la mediación china al generar un alto al fuego, los enfrentamientos entre la junta militar birmana y los ejércitos de resistencia no cesan.
En medio de la crisis migratoria rohinyá debido a la limpieza étnica llevada a cabo por la Junta, China pidió un cese al fuego en ciudades limítrofes como Muse y Chinshwehaw del Estado de Shan, al noreste de Myanmar, claves en las relaciones comerciales entre la la administración militar birmana y China. Muse, la más importante en este ámbito, se encuentra sitiada por la resistencia y Chinshwehaw, tomada.
El pedido de China llegó, principalmente, por la caída de una pieza de artillería militar en una ciudad limítrofe a Laiza, base del Ejército Kachin para la Independencia. El cese al fuego se concedió, pero no en todo el país.
El noreste es el único punto donde se estancaron, temporalmente, los enfrentamientos. Las batallas se mantienen encabezadas por la Alianza de los Tres Hermanos, compuesta por el Ejército Rohinya de Arakan, el Ejército de Liberación Nacional Ta’ang y la Alianza Nacional Democrática de Myanmar.
Los puntos de mayor contacto entre la resistencia y la Junta se encuentran, como dijimos, en el norte del país, entre el sur del Estado de Kachin y el norte de Shan. A esto se le suman los combates en la región de Sagaing y los enfrentamientos que siguen escalando en Rakáin, al este del país.
Además de la gran cantidad de fallecidos, está generando un desplazamiento poblacional interno y externo superlativos. Por esta situación, países como Bangladesh y la provincia china de Yunnan están recibiendo refugiados birmanos, dejando los campos de refugiados atestados.
La crisis migratoria no permite a los campos satisfacer las necesidades de insumos sanitarios a los refugiados que llegan malheridos tanto por las condiciones del terreno como por minas terrestres. Algo que se potencia con la condición de “inmigrantes ilegales” con los que cataloga la India a los civiles rohinyás desplazados de Rakáin.
Estudiante de Licenciatura en Relaciones Internacionales en la Universidad Católica de Córdoba; ayudante investigador sobre las relaciones político-económicas entre Sudamérica y Sudeste Asiático (UCC - Unidad asociada a CONICET).
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