La Energía Nuclear en el Marco de la Unión Europea
Cuando hablamos de la fundación de la Unión Europea normalmente se menciona a la Comunidad del Acero y el Carbón (CECA) como el puntapié inicial de la misma. Si bien lo anterior es cierto, se tiende a olvidar que las otras dos instituciones europeas que formaron parte del triunvirato que constituyó la base de la Unión Europea (UE): La Comunidad Económica Europea (CEE) y la Comunidad Europea de Energía Atómica (Euratom).
La investigación en los usos civiles y militares en torno a la energía nuclear, junto con el contexto de la temprana Guerra Fría son las que llevaron a que en 1958 se fundara en Roma el Tratado de la Comunidad Europa de Energía Atómica (Euratom). ¿El objetivo? Alcanzar colectivamente la independencia energética de los países miembros, cuyos fundadores fueron la República Federal Alemana, Bélgica, Francia, Italia, Luxemburgo y Países Bajos.
Este acuerdo, marco fundacional de la cooperación y regulación de los usos civiles en la energía nuclear, es especialmente particular pues, a diferencia de la CEE (que se fundó paralelamente en aquel Tratado de 1958) o el CECA, los cuales se integraron completamente a la Unión Europea cesando de existir como entidades autónomas, el Euratom sigue vigente a día de hoy como organismo gobernado por las instituciones de la UE y cuyos países miembro son los mismos de la UE junto con Suiza y Gran Bretaña.
Según cifras del Parlamento Europeo, en la actualidad, 13 de los 27 miembros de la Unión Europea utilizan energía nuclear, siendo cerca de un 27% de la energía producida en la UE proveniente de esta misma fuente.
En ese sentido, la legislación europea ha tenido un viraje respecto al objetivo inicial del Euratom, y es que en 2020 y, teniendo en cuenta el desastre de Chernóbil, es que hoy el Tratado contiene una serie regulaciones sobre la importación de productos agrícolas de países no-UE, en donde se establecen los niveles máximos permitidos de contaminación radioactiva en la comida importada.
En el año 2022, y según cifras de Statista, los cinco países del mundo donde es más utilizada la energía nuclear como fuente para sus matrices domésticas (en comparación a energías de otros orígenes) son Francia (62.5%), Eslovaquia (59.2%), Hungría (47%), Bélgica (46.4%) y Eslovenia (42.8%). Todos miembros de la Unión Europea y del Euratom.
La industria nuclear y el mercado de uranio en Francia y Alemania: ¿En búsqueda de nuevas fuentes?
Inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial es que se realizaron exploraciones por depósitos de uranio en Europa. Tal es el caso de Francia que, inmediatamente en 1946 es que se exploraron depósitos minerales ya conocidos para luego continuar con nuevas exploraciones y mapeos dentro de su propio país.
Los resultados no tardaron en llegar cuando se logró el descubrimiento de los depósitos de Henriette, fundando el centro productivo La Crouzille. Si bien, por muchas décadas el abastecimiento de su industria nuclear se realizó principalmente mediante estas vetas locales, es debido a la crisis energética de la década de 1970 que el programa nuclear francés es acelerado, intensificando la explotación local, así como iniciando el que las compañías nucleares francesas explorasen yacimientos en el extranjero.
Mientras la última mina de uranio en suelo francés cerraba en 2001, ya estaban asentadas compañías de la industria nuclear francesa en el extranjero (primero la Compagnie Générale des Matières Nuclèaires o COGEMA, luego Areva y, en la actualidad, Orano), que turnaban su liderazgo en la realización de proyectos público-privados de exploración y explotación de yacimientos de mineral de uranio en el extranjero, destacándose depósitos localizados en Canadá (Cigar Lake y McClean Lake mill), Kazajstán (KATCO) y Níger (Somair).
El caso de Níger es el más polémico de tiempos recientes, esto porque Orano logró en Mayo pasado un acuerdo con el depuesto gobierno nigerino por la extensión de la concesión del mineral de Somair por otros 11 años más (extendiendo también la vida útil acordada del mismo). Somair es la única mina de uranio en actual funcionamiento en Níger, pero la compañía francesa también está desarrollando un nuevo proyecto en suelo nigerino, la mina de Imouraren.
No es el caso único, ya que aun cuando Alemania ha realizado esfuerzos por cerrar su industria nuclear, habiendo sido demorada por la guerra en Ucrania, muchas de las empresas que explotaron los depósitos de uranio de la República Federal Alemana realizaron un proceso de traslado de sus operaciones hacia el extranjero.
Este proceso que se dio en la segunda mitad de la década de los noventa, conllevó la compra de compañías mineras pertenecientes a la firma alemana Preussag und Rheinbraum por la francesa COGEMA, esta última adquiriendo también a la minera alemana Urangesellschaft/Interuran. De esta forma, las operaciones fueron trasladadas en esa década a países como Australia, Brasil, Canadá, EEUU, Níger y Namibia. Así como también participaron de la operación minera con otras compañías en Key Lake (Canadá), Arlit (Níger), Rössing (Namibia) y Ranger (Australia).
Tensiones en la cooperación y comercio nuclear: Hungría
Un último caso polémico que ha tenido la industria nuclear europea es el de la situación energética de Hungría, en particular de su sector nuclear. Y es que la Central nuclear de Paks (100 kilómetros al sur de la capital, Budapest) y que está compuesta por cuatro reactores nucleares modelo VVER de origen soviético, representa entre un 47 y un 50% de la producción energética del país.
Este caso es representativo de otros países que pertenecieron al Pacto de Varsovia (como Bulgaria, República Checa y Eslovaquia) debido a que históricamente la industria nuclear húngara ha estado íntimamente relacionada a rusa, al igual esos otros casos.
Sin ir más allá, las primeras exploraciones por mineral de uranio fueron realizadas en 1952 con participación soviética, lo cual derivó en el descubrimiento del depósito de uranio de Mecsek (cerca de Pécs) y cuya mina fue administrada de manera conjunta por una administración Húngaro-Soviética entre 1954 y 1956, año en que pasaría a ser totalmente de Hungría, pero continuando con el procesado de parte del mineral extraído en la Unión Soviética.
En el presente, Hungría ha estado en contra de las sanciones a Rusia en general, pero en particular sus esfuerzos han estado dirigidos en evitar a que estas medidas incluyan penalizaciones a la importación combustible nuclear ruso, esto porque todo el uranio importado y utilizado en la Central nuclear de Paks llega de la mano de VTL, la subsidiaria europea de la compañía nuclear rusa Rosatom. Este no es el caso único, pues la industria nuclear eslovaca también depende en su totalidad de combustible proveído por VTL y Rosatom. De hecho, en 2021 se importaron 2.358 toneladas métricas de uranio natural a la Unión Europea provenientes de Rusia, colocándolo como el tercer proveedor de la UE de aquella materia prima.
Otros puntos de conflicto que ha tenido el gobierno de Viktor Orbán con la Unión Europea han sido la ampliación de su central nuclear con ayuda financiera y logística rusa, así como también la firma en abril de 2023 de un convenio de cooperación nuclear con Bielorrusia, ya que los nuevos reactores que se construirán en ambos países serán del mismo modelo. Respecto a la cooperación con Rusia, Hungría logró que la UE aprobara en mayo el proyecto de expansión al involucrar a Francia en el proyecto de ampliación, pero manteniendo a Moscú y Rosatom en el mismo.
Licenciado en Historia de la Universidad de Chile y Magíster en Estudios Internacionales en la U. de Chile.
nicolas.sepulveda.2@ug.uchile.cl