Friedrich Merz: Los pilares del nuevo canciller alemán

El camino hasta la formación del nuevo gobierno en Alemania fue accidentado, pero finalmente, el representante de la centro-derecha asumió el pasado 6 de mayo como canciller tras ser electo al segundo intento en el Bundestag.

Estudiante avanzado y Tesista de la Licenciatura en Relaciones Internacionales (EPyG-UNSAM). Diplomado en Gestión Parlamentaria y Políticas Públicas (ICAP-HCDN-UNSAM). Miembro de CEDEMA.

Licenciado en Relaciones Internacionales en la Universidad Católica de Córdoba; ayudante investigador sobre las relaciones político-económicas entre Sudamérica y Sudeste Asiático (UCC - Unidad asociada a CONICET).

nicoofillol@gmail.com

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Friedrich Merz asumió el pasado 6 de mayo oficialmente como nuevo canciller de Alemania tras superar una votación parlamentaria que requirió dos rondas. En la primera votación, Merz no alcanzó la mayoría absoluta, obteniendo 310 votos de los 316 necesarios, lo que generó una gran incertidumbre política. Sin embargo, en una segunda ronda, logró 325 votos, y posteriormente el presidente federal Frank-Walter Steinmeier le entregó el acta de nombramiento en el Palacio Bellevue, seguido de la juramentación en el Bundestag.

El nuevo gabinete, producto de la coalición entre la CDU/CSU y el SPD, fue nombrado y juramentado el mismo día. Entre los nombramientos destaca el nuevo Ministerio de Digitalización, en respuesta a la necesidad de modernizar la infraestructura digital del país. Merz enfrentará retos significativos, como la reactivación económica, la gestión migratoria y el fortalecimiento de la posición alemana en Europa, iniciando su agenda internacional con visitas a Francia y Polonia.

La toma de posesión de Merz coincide con el 80º aniversario de la rendición de la Alemania nazi, un contexto que subraya los desafíos históricos y actuales de su mandato. El líder de la CDU buscará consolidar su posición en medio de tensiones geopolíticas y fortalecer la cooperación europea, destacando la importancia de revitalizar la economía y enfrentar la inmigración ilegal.

So wahr mir Gott helfe.

Friedrich Merz al asumir como canciller.

En este artículo abordaremos el contexto político alemán actual, explorando los resultados de las elecciones parlamentarias de febrero y su influencia en el devenir político de Alemania bajo la dirección de Friedrich Merz.

El ocaso de Scholz y el auge de la AfD

La República Federal de Alemania eligió el pasado 23 de febrero la composición legislativa que eligió al nuevo Canciller que gobernará al país por los próximos 4 años: Friedrich Merz, de la Unión Cristiano Demócrata (CDU por sus siglas en alemán).  En Alemania, las elecciones funcionan con un sistema mixto de representación proporcional e indirecta, lo que significa que los ciudadanos no votan directamente por un líder ejecutivo (como en un sistema presidencialista), sino que eligen representantes en el Bundestag (Parlamento Federal), que luego determinan al canciller.

Entre el caos y la desidia de la pérdida del poder germano, Olaf Scholz, ex canciller alemán por el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD por sus siglas en alemán), fue marginado lentamente del escenario continental y global. Esto sucedió debido a dos grandes acontecimientos: la pandemia del COVID-19 y el conflicto armado entre Rusia y Ucrania. Estos sucesos desencadenaron la debacle y el debilitamiento del liderazgo de Scholz en el Bundestag, generando que se adelantaran las elecciones en tiempos récord históricos de campaña.

El canciller federal Olaf Scholz (SPD) llega a una cumbre de la UE. Fuente: DPA

El resurgimiento de los nacionalismos de la derecha alemana, ha llevado al partido Alternativa para Alemania (AfD, por sus siglas en alemán), liderado por Alice Weidel, a disputar el poder en el escenario nacional. Uno de los factores clave para su ascenso fue la ineficacia en la aplicación de las políticas migratorias y de apertura de fronteras adoptadas por Scholz, lo que llevó a un descontento generalizado de los sectores nacionalistas y llevó a presionar al mandatario alemán para endurecer sus medidas.

De hecho, el medio informativo Tagesschau publicó un artículo en 2023 sobre el descontento interno a la Coalición Semáforo (compuesta por la SPD, el Partido Democrático Libre y los Verdes) cuando Scholz dio a conocer medidas más duras sobre migración en octubre de 2023. Tiempo más tarde, el mismo medio abordó en febrero de 2025 el nuevo endurecimiento de las medidas migratorias por la presión llevada a cabo por alianza parlamentaria entre la AfD y la CDU.

Alice Weidel, líder de la AfD. Fuente: Getty Images.

Por su parte, la presión de la Unión Europea (UE) en la toma de acciones estratégicas y militares respecto a la guerra entre Rusia y Ucrania fue otro de los motivos por los cuales la AfD ha tomado tanta tracción. A esto se sumó un atentado llevado a cabo en la ciudad de Solingen, en Renania del Norte-Westfalia, donde un joven sirio de 26 años acuchilló a un policía. El Estado Islámico se atribuyó este atentado, lo que trajo de nuevo a la mesa la discusión sobre la inmigración; reforzando los reclamos que representa históricamente la AfD y actualmente Merz.

A diferencia de lo que sucede en los países presidencialistas o en los países semipresidencialistas, el sistema electoral alemán es un poco confuso y difícil de descifrar. Sin embargo, una de las características que comparte con los sistemas de gobierno es la duración determinada, en este caso, de 4 años de los mandatos del Parlamento y del Canciller (véase el art. 39, inc. 1 la Ley Fundamental de la República Federal de Alemania de 1949). Además comparten los principios del sistema de sufragio directo, secreto y obligatorio (véase art. 38, inc. 1), entre otras cuestiones similares.

Cada cuatro años se renueva la totalidad de los 630 escaños en el Bundestag, considerado cómo la “cámara baja” del Parlamento de Alemania. Los ciudadanos eligen a sus representantes a través de dos tipologías de votación desde 1953. En el primer caso, se elige a un candidato del distrito electoral del votante, que cuenta con un total de 299 distritos. Y en el segundo, deben de optar por un partido político determinado.

De esta manera, la distribución se realiza según la cantidad de votos a nivel nacional, además de que, cómo regla general de adjudicación de los escaños, cada partido debe obtener no menos de un 5% del segundo tipo de votos a nivel nacional para ingresar al Parlamento. Las Elecciones están reguladas por el “Reglamento Electoral Federal” y de la “Ley de Verificación Electoral”. Finalizada la contienda electoral, el Bundestag tiene la obligación, según el art. 39 inc. 2 de constituir la nueva cámara de representantes en 30 días como máximo.

Resultados definitivos de los comicios del 23 de febrero

Estas elecciones fueron históricas no solamente por el ascenso de la derecha nacionalista, sino por otros dos motivos muy interesantes.

El primer motivo es que contó con la mayor participación política de la historia desde la reunificación alemana en 1990. Se registró el mayor porcentaje del padrón electoral con un total del 82,5 % de participación, lo que significa un total de 60 millones y medio de votantes. Es interesante este punto de quiebre, el cual reafirma el concepto de democracia y validez institucional del pueblo para con el gobierno alemán.

El segundo motivo (y el más llamativo de todos), fue el mapa electoral de los votantes, ya que se ha demostrado que hay una presencia de un nuevo “Muro de Berlín”, puesto que del lado Occidental de Alemania ha habido una tendencia de centro y centro-derecha. Mientras que, del lado Oriental, se ha observado una tendencia de un mayor caudal de sufragios hacia la derecha nacionalista. Este giro es interesante debido a que contrasta con décadas anteriores, cuando esta zona geográfica estuvo indirectamente cooptada por la Unión Soviética (U.R.S.S), desde 1946 hasta 1990, por la injerencia de los partidos socialistas. 

Dados los motivos que vuelven importante a esta elección, se presentan los resultados escrutados en su totalidad, determinados por un umbral del 5% para el acceso al Bundestag, los cuales fueron los siguientes:

Porcentajes obtenidos por cada partido en las Elecciones del Bundestag 2025. Fuente: Deutschland-de.

El partido que realizó la peor elección de la historia reciente en los casi 35 años desde la reunificación germánica, ha sido el SPD. En comparación con las elecciones desarrolladas en 2021, obtuvo un 9,3% menos de votos. Por otro lado, el que mayor sorpresa dio y se llevó el banquete especial de dicha noche, ha sido la AfD, con un aumento del 10,4%, obteniendo el doble de los votos en comparación con las elecciones de 2021.

Con esto en mente, podemos decir que la llamativa victoria de la AfD generó un cambio histórico en el sistema parlamentario alemán, generando una virtual “democratización” del Bundestag. A partir de las elecciones de febrero, se ha roto un histórico bipartidismo entre la CDU y el SPD, encontrándose Alemania hoy en día con un recinto de menor concentración del poder. 

Cantidad de escaños obtenidos en las Elecciones al Bundestag 2025 por partido. Fuente: Deutschland-de.

Otro de los factores claves a analizar es la salida de los partidos Alianza Sahra Wagenknecht-Por la Razón y la Justicia (BSW, por sus siglas en alemán) y el Partido Democrático Libre (FDP, por sus siglas en alemán) del Bundestag, ambos con tendencias opuestas, pero con mucha historia en la política alemana.

Friedrich Merz: ¿Quién es el nuevo canciller alemán y cuál es su mirada de la política exterior en Europa?

Si algo nos dejaron estas elecciones además de sus datos históricos, ha sido la reemergencia del liderazgo por parte de los conservadores, en este caso acompañando a una persona ya reconocida en el ámbito de la política nacional, Friedrich Merz.

Friedrich Merz. Fuente: Reuters.

Joachim-Friedrich Martin Josef Merz nació el 11 de noviembre de 1955 en la ciudad de Brilon, perteneciente a la región de Renania del Norte-Westfalia, en ese momento correspondiente a la región occidental alemana. Hijo de padres católicos y profesionales, el apellido Merz ya era reconocido en el partido conservador (CDU), puesto que su padre ha sido un importante juez y fue miembro del partido hasta el año 2007. Su apellido materno es Sauvigny, cuyo abuelo fue alcalde de Brilon entre 1917 y 1937.

Friedrich estudió derecho en los años 70 en las universidades de Bonn y Marburgo. Durante esta década se afilió a la Juventud de la CDU. En los años 80, fue nombrado juez por la ciudad de Saarbrücken, siendo luego electo eurodiputado en las elecciones parlamentarias a la Unión Europea en 1989, representando a la Alemania Federal, cargo que mantuvo hasta 1994. 

El eurodiputado Friedrich Merz en sesión Plenaria en el Parlamento Europeo en Estrasburgo. Fuente: Parlamento Europeo

A lo largo de sus 69 años, el líder alemán ha atravesado serias dificultades en su carrera política. Por ejemplo, una de las más recordadas fue en el año 2002, cuando el ascenso de una figura política perteneciente a las ciencias exactas lo destronó: la mismísima Angela Merkel, quién se convirtió en la líder de la CDU. De ahí en adelante se gestaría una rivalidad que ha atravesado la política alemana. Merz ha desarrollado una gran competencia contra la ex mandataria, ya que nunca en sus 16 años de funciones lo nombró en un cargo público jerárquico, siendo Merz uno de los políticos más destacados de la coalición.

Friedrich Merz (izquierda) y Angela Merkel (derecha) siguen un debate sobre el informe económico anual en el Reichstag de Berlín el jueves 17 de febrero de 2000. Fuente: FRITZ REISS / AP.

Desde el rechazo a su presentación como candidato al Bundestag en 2009, Friedrich se dedicó hasta el año 2019 al sector privado, ejerciendo su función de abogado y consagrándose a la gestión empresarial. Volvió a ser líder del CDU después del fin de la era Merkel, en el año 2022. Fue una persona muy crítica de la ex Canciller, ya que Angela llevó a la CDU hacia posiciones demasiado centristas en el espectro político para un partido tradicionalmente de derecha.

Por eso Merz, desde que es líder del partido, se ha encargado de devolver la identidad conservadora al CDU, poniéndose en sintonía con otros líderes mundiales de derecha, como por ejemplo Giorgia Meloni, Donald Trump, Viktor Orban, Javier Milei, entre otros; además de declararse conservador, pero liberal en lo económico. Esto se refleja en que durante los últimos 20 años buscó la reducción de impuestos y aranceles al comercio alemán. Relacionado a este último punto, Merz, como futuro Canciller, quiere evitar que la UE tome deuda en común, principalmente siempre que sean referidos a temas sociales y de empleo en el país teutón, algo que defendió en septiembre de 2024 en el Bundestag.

Los tres pilares de Merz para la política exterior alemana

Ahora bien, en lo que concierne en materia de política exterior, tiene una visión similar pero diferente a la de Scholz, ya que se lo considera, de alguna forma, un “pro-europeo”, a partir de tres pilares fundamentales dentro de su ideología política.

El primer pilar se desarrolla sobre la noción de “un profundo compromiso con una Europa más integrada”, fundado en una noción schäubleriana del europeísmo. Esto proviene de la carrera política y diplomática del futuro Canciller, ya que ha sido eurodiputado y ha integrado el Comité de Asuntos Económicos y Monetarios de la UE a principios de la década de los ‘90. Además se destaca la transmisión de ideas respecto de la conexión europea centrada en las relaciones bilaterales entre Alemania y Francia por parte de su asesor Wolfgang Schäuble.

Merz en 2015 como con la Ministra de Defensa Ursula von der Leyen y el Secretario de Defensa estadounidense Carter Ashton- Fuente: Adrian Cadiz – Wikipedia 2016

Pero esto se observa más en detalle en un acontecimiento específico: Merz asistió a un evento en Berlín junto a Enrico Letta (ex primer ministro de Italia), tras la nueva posición de los EE.UU por la victoria de Trump, con el fin de lograr una planificación y ejecución futura de un mercado único y profundo, que sepa unir los mercados de energía, telecomunicaciones, defensa y economía.

De izquierda a derecha, Enrico Letta, Cornelia Woll, Friedrich Merz y Johannes Lindner. Fuente: Hertie School.

El segundo pilar se basa en la idea de la imposición de un “atlantismo liberal de mercado”. Esto proviene de la década del 2000, cuando Merz abandona la CDU y se involucra en el sector económico privado en los Estados Unidos, como gestor de archivos en Blackrock y como presidente de Atlantik-Brücke, un proyecto para las relaciones bilaterales entre Alemania y los EEUU. 

Friedrich Merz como presidente de Atlantik-Brüke Berlín, 26/11/2013. Foto: Daniel Biskup.

Además es un fuerte defensor de la relación con el Reino Unido de Gran Bretaña, criticando a Merkel por no haber detenido a tiempo el Brexit. Este atlantismo fundamenta la crítica a las nuevas relaciones comerciales entre UE-EEUU con el impacto arancelario. Estos dos primeros pilares justifican la opinión de que dicho vínculo debe de ser modificado de raíz luego de la asunción de Trump en noviembre de 2024, para la supervivencia de la Unión, implicando un equilibrio en las responsabilidades.

El tercer y último pilar de su política exterior respecta al interés nacional alemán, este interés nacional es definido por Merz como la defensa de las fronteras alemanas. En ese interés nacional se encuadran propuestas como el control migratorio riguroso en la frontera con Polonia, como resultado del conflicto ruso-ucraniano. Esto deja ver su euroescepticismo en el tema migratorio y de asilo a personas en situación de vulnerabilidad, ya que actualmente para la UE es una política de Estado. Además, deja en claro que le interesa una “Alemania primero”.

Por otra parte, ha sido crítico sobre el conflicto actual europeo, dejando en claro que Europa debe independizarse de EEUU en temas de armamento, apoyo y logística militar, sumado a los problemas financieros que tiene la Unión en el comercio internacional. De este modo, su postura es la de continuar el apoyo a Ucrania, a través del envío de tropas de paz (sin la participación directa de Alemania, sino como Unión) a la región de combate; fortaleciendo, a su vez el ejército nacional mediante el aumento del gasto en defensa y la búsqueda de cooperación en materia de defensa y seguridad internacional en la UE.

El presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy recibe al Presidente de la CDU, Friedrich Merz, en Kiev. Fuente: picture alliance / dpa / Michael Kappeler.

Esto se puede leer como un aviso no sólo por los estadounidenses, sino también por Moscú: debido a su historial, no se dejará dominar fácilmente. Ni tampoco quiere que los germanos y los europeos pierdan todo tipo de credibilidad ante las amenazas de las dos potencias que azotaron a los sajones durante la Guerra Fría. 

Los tres pilares parecen contradecirse y hasta solaparse. Pero estas contradicciones han logrado convencer a una gran cantidad de votantes que se ven identificados con ellos. Es por esto que, aunque no admitiremos que es un “nacionalista”, se puede decir que lo es bajo las sombras, y hará todo lo posible para resurgir la idea de una gran Alemania, líder de una Unión Europea renovada y en el contexto de un Estados Unidos lejos del atlantismo liberal.

Merz deberá ser inteligente y estratega para juntar las cartas a su favor en temas de alianzas y confianza económica, para así aprovecharlas y no caer en el abismo. El Estado teutón está en situación de recomposición como una gran potencia en el escenario global y no quiere dejar de ser protagonista en cualquier frente que le toque.

2025: El año del regreso de la centro-derecha al poder alemán

Son interesantes las observaciones que se realizan sobre el nuevo liderazgo germano, y el regreso de la centro-derecha después de un acotado período de cuatro años de los socialdemócratas. Acotado, claro está, en comparación a lo que ha sido el monumental período de 16 años de la conservadora Angela Merkel, que dígase de paso, es la única canciller mujer en la historia alemana.

Basado en sus tres pilares, el nuevo mandatario conducirá y afrontará la renovación de la política interior y exterior de una Alemania enfrentada por las políticas de libre migración y libertad de fronteras propiciadas anteriormente por el SPD. A su vez, lo acompaña el costo energético generado por la guerra entre Rusia y Ucrania, que le causó graves inconvenientes a su economía debido a la dependencia energética hacia Moscú.

En esta elección, los conservadores deberán asociarse o con el SPD o con AfD para gobernar, ya que son los dos partidos con mayoría de escaños requeridos, puesto que es necesario un total de 316 escaños para la mayoría absoluta. Sin ellos la coalición de CDU-CSU, no se logró decidir al canciller.

El nuevo gobierno de Merz tendrá que tomar de inicio una decisión entre varias posibilidades:

  • Formar una alianza con el gobierno saliente, otorgándole la confianza institucional y de transición a los socialdemócratas, resaltando la transparencia y unión ante todos los germanos;
  • Formar una gran alianza con los partidos de centro-izquierda e izquierda, para llegar a la mayoría de escaños requeridos, a través del sistema de mayoría simple; o bien cómo última carta de estrategia,
  • Formar un alianza con la derecha nacionalista alemana, que a su vez le puede costar muy caro en el futuro por la imposición de políticas anti-progresistas y anti-inmigratorias, pero que le permitiría gobernar al CDU de una manera más ordenada y confiable a la hora de realizar votaciones por distintos proyectos de ley.  

Lo cierto es que la nueva administración no gobernará fácilmente, puesto que no tuvo la mayoría requerida en el parlamento para un gobierno de turno, entonces deberá formar alianzas con otros partidos y coaliciones, de forma duradera y estable. Por ejemplo, si bien la CDU ha formado una alianza con la AfD, Merz rechazó una nueva alianza con el partido nacionalista, ya que no comparte sus ideales y una alianza como esta podría perjudicarle gravemente a la hora de lograr confianza en el Bundestag, en su propio partido y en millones de alemanes.

Conclusiones

Tras una gran campaña electoral, la figura de Merz no solo ya está posicionada en la administración alemana, sino que también buscará determinar la política exterior europea. Esta aspiración plasma en la ampliación de inversión de capital en materia de defensa ante las amenazas a la seguridad regional presentadas por Rusia.

Merz ha puesto en marcha la creación de una coalición de gobierno entre la Unión (CDU/CSU) y el SPD, partidos clásicos de la esfera política germánica. Para ello ha propuesto un nuevo nombre: «Coalición de Nuevos Comienzos»(«Aufbruchkoalition»), como un giro hacia un nuevo nombre de la coalición, que normalmente se denomina “Gran Coalición” (“GroKo” o “Große Koalition”).

Olaf Scholz (SPD), Angela Merkel (CDU) y Horst Seehofer (CSU) después de la firma del acuerdo de coalición en marzo de 2018. Fuente: Gregor Fischer / DPA.

Es por esto que algunos votantes de la Unión encuentran posible que Merz busque retomar las riendas de la antigua mandamás Merkel, quien otorgó concesiones a la SPD y al Partido Verde en una estrategia de captación de empatía, popularidad y confianza entre todos los ciudadanos: en pocas palabras, un giro hacia la centro-izquierda. Si esto ocurre, según Wolfgang Bosbach, ex portavoz de la CDU, el partido puede perder la confianza del Bundestag.

¿Podrá Merz, lograr finalmente el resurgimiento de Alemania y tomar las riendas políticas para demostrar una institucionalidad fuerte?¿Y qué pasará con el rol fundamental de Alemania en política exterior? ¿Podrá buscar el protagonismo del resurgir europeo y la “independencia” a toda costa de los EEUU y de Rusia?

Friedrich Merz, Presidente federal de la CDU, habla en una comparecencia de campaña de la CDU para las elecciones europeas en la región de Hannover, el 24 de mayo de 2024. Fuente: pic alliance / dpa / Michael Matthey
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