¿Cómo convencer a ASEAN de fortalecer su presencia regional? La creciente lucha de Nueva Zelanda

Desde los años de la Guerra Fría hasta la actualidad, Nueva Zelanda ha mantenido un vínculo estratégico con el sudeste asiático mediante la cooperación económica y en seguridad. En su relación con ASEAN, Wellington no solo busca estabilidad regional, sino que también encuentra en Vietnam un socio clave para asegurar su seguridad alimentaria y diversificar su acceso a sectores emergentes como la energía verde. A medida que las tensiones geopolíticas en Asia Pacífico se intensifican, Nueva Zelanda refuerza sus lazos con la región, utilizando estos vínculos como una herramienta de contrapeso en la competencia entre China y Estados Unidos.

Licenciado en Relaciones Internacionales en la Universidad Católica de Córdoba; ayudante investigador sobre las relaciones político-económicas entre Sudamérica y Sudeste Asiático (UCC - Unidad asociada a CONICET).

nicoofillol@gmail.com

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Con referencia a un artículo escrito por Collins Chong Yew Keat 张优杰

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El pasado 9 de enero nos encontró con la presentación del logo de los 50 años de las relaciones entre ASEAN y Nueva Zelanda. Esta alianza comenzó en 1975 como relación de diálogo y que podemos catalogar como una amistad cercana (geográfica y políticamente),y tiene muchas aristas para poder analizarla. Desde los beneficios para el contrabalanceo de dos hegemones como China y Estados Unidos en la región Asia Pacífico, pasando por la cooperación en seguridad y hasta las tensiones inherentes a toda relación. Es interesante repasar los acontecimientos de este medio siglo de cooperación y cómo se desenvuelve en la actualidad.

Si bien, como se menciona en el primer párrafo, la relación comenzó un 19 de junio de 1975 cuando se establecieron las relaciones de diálogo, este no es el comienzo de esta historia. Para eso nos remontaremos bastante más atrás, particularmente hasta la década del 1950. Para ese momento, muchos de los países que hoy componen ASEAN todavía eran colonias europeas, que habían comenzado su descolonización en 1940.

Fuente: Misión de Nueva Zelanda para ASEAN.

Asia Pacífico durante la Guerra Fría y los ‘90

El origen de lo que nos encuentra aquí se ve reflejado desde la iniciativa Occidental del Plan Colombo en los inicios de la década de 1950. Este plan, patrocinado por el Reino Unido para asegurar el desarrollo de los países de la Commonwealth, tuvo origen en la ciudad de Colombo, en Ceilán (actual Sri Lanka), también un 9 de enero. Si bien está claro que el objetivo principal de esta iniciativa se basaba en la ayuda a los países en desarrollo, también existía un componente político que era transversal: la reciente Guerra Fría. Luego, este plan fue extendido a nuevos integrantes, entre ellos se encuentran gran parte de los integrantes de Asia Pacífico.

1950: The Founding Fathers of the Colombo Plan. Fuente: Daily News.

En este contexto, Occidente veía a Asia y el Pacífico como una región propensa a recibir influencia china o soviética, por lo que este tipo de planes tuvo objetivos subyacentes: desincentivar las relaciones con dichos países, es decir, socializarlos1. El segundo proyecto con respecto a este tópico fue el tratado de seguridad ANZUS, firmado en 1951 por Estados Unidos, Nueva Zelanda y Australia.

En la misma década, la región cayó dentro de la Organización del Tratado del Sudeste Asiático (SEATO por sus siglas en inglés), donde Tailandia y Filipinas se encontraron al lado de países como Nueva Zelanda, Australia, Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Pakistán defendiendo la seguridad de la región. De esta manera comenzaba una relación que se volvió histórica, marcada por la defensa colectiva y la ayuda para el desarrollo, impulsada principalmente por el Reino Unido.

Así, el protagonismo de Nueva Zelanda en el Sudeste Asiático ya comenzaba a cristalizarse en acciones concretas. Cabe aclarar que los objetivos principales de estas acciones fueron el intento del Reino Unido de asegurar un proceso de descolonización asiático ordenado y la lucha contra el comunismo. Es por esto que, durante los doce años de la Emergencia Malaya, Nueva Zelanda proporcionó tropas para contrarrestar la insurgencia comunista. En el transcurso de la Confrontación Indonesio-Malaya, Nueva Zelanda y Australia también derivaron tropas hacia la isla de Borneo en defensa de la Federación de Malasia. Por último, Nueva Zelanda brindó ayuda en la Guerra de Vietnam, donde envió más de 3000 personas a su misión.

Members of Victor 4 Company pose with a souvenired North Vietnamese flag, circa 1969. Fuente: vietnamwar.govt.nz

En este último, el gobierno laborista de Kirk en Nueva Zelanda protestó ante las operaciones de bombardeo norteamericano contra Vietnam del Norte, levantando el embargo, estableciendo relaciones con Hanói y reduciendo su compromiso con Vietnam del Sur.

Todos estos eventos sucedieron entre 1948 y 1975, estableciendo Nueva Zelanda un pie fuertemente en esta región. En medio de todos estos acontecimientos, la Asociación de Naciones de Asia Sudoriental vio la luz un 8 de agosto de 1967, un año después de finalizada la Confrontación de Borneo. Así, y compuesta por Filipinas, Indonesia, Malasia, Singapur y Tailandia, ASEAN tuvo un rol importantísimo en la resolución de la Guerra de Vietnam, que se extendía hacia otras latitudes.

Durante el mismo año en que finalizó esta guerra se establecieron, como mencionamos al principio, las relaciones entre ASEAN y Nueva Zelanda. Esto significó el segundo establecimiento de relaciones del bloque con países extra-organización, siendo el primero Australia en el año 1974. Ese mismo año, un 25 de julio, se inauguró el Foro Regional ASEAN (ARF por sus siglas en inglés), que había sido firmado un año atrás entre los países que componían el bloque en ese momento. Este Foro de consulta tiene como objetivo el manejo conjunto de la región, apuntando a la seguridad y las conversaciones políticas desde la vía de la diplomacia preventiva.

Hacia 1978, ASEAN vivió su primera crisis con respecto a la invasión vietnamita en Camboya, instaurando un gobierno títere bajo el nombre de República Popular de Kampuchea. Nueva Zelanda se vio enlazada en este conflicto, donde los países fundadores de ASEAN, mediante el gobierno tailandés, presionaron al gobierno neozelandés para que no reconociera este gobierno. El temor residía en la reciente cooperación entre el gobierno laborista de Kirk y Vietnam del Norte, para ese entonces gobernando el país.

 Las Fuerzas Armadas de Revolución de Camboya, apoyadas por soldados vietnamitas, entraron a Phnom Penh el 7 de enero de 1979. Fuente: VNA.

La cuestión camboyana culminó con el retiro de las fuerzas vietnamitas del país, terminando también con el genociodio camboyano. Este se consolidó como el primer logro de la organización recientemente fundada, dejando un antecedente de presión política contra un país que, aunque se encuentra en el sur geográfico, es considerado del norte político y económico.

Y esto mismo es uno de los drivers de la relación bajo análisis, cuando el Norte Global decidió virar hacia una desvinculación de Nueva Zelanda, reduciendo la importancia de los lazos históricos de la Commonwealth. Hacia 1972, el Reino Unido firmaba el Tratado de Acceso a la Comunidad Económica Europea; visto por el país oceánico como un reemplazo comercial, quien fue obligado a buscar nuevos socios.

En 1977, el gobierno neozelandés coordinó con el gobierno australiano el comienzo de un estudio para establecer relaciones comerciales con ASEAN. Esta iniciativa derivó en la creación de lo que se denomina Grupo Mixto de Estudio sobre Comercio (Joint Trade Study Group en inglés), una figura recurrente en la política exterior comercial de Nueva Zelanda. Este grupo terminó por convertirse en el Consejo de Negocios ASEAN-Nueva Zelanda (ASEAN-New Zealand Council of Business), aún vigente y en funciones.

ASEAN-New Zealand Council of Business. Fuente: asean.org.nz.

Establecido ya como Socio de Diálogo, Nueva Zelanda y ASEAN mantuvieron 12 reuniones de Diálogo hasta 1995. Ya con Brunéi y Vietnam como miembros plenos, se estableció finalmente la relación económica luego de las primeras Consultas entre los Ministros de Economía de la ASEAN y los Ministros de Australia y Nueva Zelanda. Esto amplió los acuerdos comerciales y abrió las inversiones bilaterales, dando lugar a una cooperación económica aún más estrecha entre país y región.

En 1996 se llevó a cabo la décimo tercera reunión de diálogo entre ambos, mostrando una relación del todo consolidada en términos más allá de lo comercial y de la seguridad regional. En octubre de ese año, en Hanói, se trataron temas relacionados con las agendas tradicionales, pero también con agendas novedosas como el turismo, la protección del medio ambiente, ciencia y tecnología y el desarrollo de recursos humanos. Un año después, y en plena crisis asiática impulsada por la devaluación del baht; ingresaban en conjunto Laos y Birmania a ASEAN, ampliando el grupo en términos políticos y en términos comerciales, pero también en responsabilidades

Nacionales tailandeses reclamando en las calles (1997). Fuente: Autentic.

La décimo cuarta reunión de diálogo atacó estas problemáticas, muy presentes para los países protagonistas, pero con una clara influencia en la región completa. Es por esto que Nueva Zelanda le dio gran importancia a la ayuda financiera destinada a ASEAN. Pero también se conversó sobre la cooperación contra el crimen transnacional y sobre los diez años del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC por sus siglas en inglés). Además, mantuvo conversaciones sobre el establecimiento formal de una relación entre el Acuerdo de Libre Comercio de ASEAN (AFTA por sus siglas en inglés) y el CER (Closer Economic Relations), acuerdo que mantienen Australia y Nueva Zelanda desde 1983.

Hacia 1999, se dio el ingreso el último integrante (Camboya) y la ampliación del ARF, institucionalizando las cumbres ASEAN más tres (APT por sus siglas en inglés), comenzado dos años atrás de manera informal. En esta expansión se sumaron al diálogo China, Corea del Sur y Japón. Estos dos eventos marcaron el final del Siglo XX para las relaciones Nueva Zelanda-ASEAN, que volvieron a  encontrarse hacia la décimo quinta reunión de diálogo en 2002.

El Siglo XXI en Asia Pacífico

La elección de la 15° reunión no fue inocente. Nueva Zelanda había firmado, en 2001, el Acuerdo entre Nueva Zelanda y Singapur sobre el Estrechamiento de la Asociación Económica (NZSCEP en inglés). De esta manera, en Singapur, región y país entablaron conversaciones alrededor de la cooperación para el desarrollo y del establecimiento de la Agencia Neozelandesa para el Desarrollo Internacional (NZAID por sus siglas en inglés), que se encargaría de combatir la pobreza mediante el desarrollo sostenible. Como podemos ver, para este momento la relación había trascendido completamente sus agendas tradicionales.

The CEP entered into force on 1 January 2001. Fuente: New Zealand Foreign Affairs & Trade.

Para el año 2004, durante el Foro Regional ASEAN de Laos, se barajó la posibilidad de llevar a cabo una nueva iniciativa, con una mirada regional más amplia: la Cumbre de Asia Oriental (EAS por sus siglas en inglés). La institucionalización formal de esta organización se llevó al año siguiente, en Kuala Lumpur. Esto, a su vez, concretó lo que pasó a llamarse ASEAN más seis, incluyendo a India, Australia y a nuestro protagonista: Nueva Zelanda.

A group photograph of All Head of States/Governments at ASEAN Summit in Vientiane, Laos on November 29, 2004. Fuente: Wikimedia Commons.

Como si fuera poco, para el año 2006 se estableció un nuevo espacio de cooperación, esta vez en materia de defensa y en el espacio interno de la organización. La Reunión ASEAN de los Ministros de Defensa (ADMM por sus siglas en inglés), que había sido pensada en el tratado fundacional de la organización se tomó su tiempo, pero cuando llegó, avanzó a pasos agigantados. Esta cumbre se encarga de la coordinación ministerial con respecto a la paz y la seguridad de la región, buscando fortalecer la confianza y el trabajo conjunto.

En paralelo, un nuevo acuerdo comercial entraba en vigor entre dos países de ASEAN (Brunéi Darussalam y Singapur), junto con Chile y Nueva Zelanda: el Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica (TPSEP en inglés, conocido como el Acuerdo P4). Este acuerdo, basado en el NZSCEP, amplió la relación económica y se seguiría ampliando más adelante. Dos años después, Estados Unidos comenzaría el proyecto de ampliación para este acuerdo.

Countries in the P4 agreement. Fuente: New Zealand Foreign Affairs & Trade.

Luego, los actores tradicionales volvieron a invadir la agenda. Esta vez de la mano de Australia, en el año 2009 se firmó el Acuerdo de Libre Comercio ASEAN-Australia-Nueva Zelanda (AANZFTA por sus siglas en inglés), que entró en vigor en enero de 2010. Este acuerdo, que fue el primer acuerdo de carácter interregional para ambas regiones (ASEAN y CER), intensificó las relaciones comerciales y además fue la puerta de entrada para los últimos dos actores que faltaban en la región.

En 2009 se llevó a cabo la tercera ADMM en Pattaya, Tailandia. En esta reunión se acordó establecer, para el año siguiente, la primera cumbre del ADMM+. De esta manera en Hanói, en el mes de octubre, se sumaron a la Reunión de Ministros de Defensa de ASEAN ocho nuevos países: los de ASEAN más seis, Estados Unidos y Rusia.

1st ADMM-Plus, Ha Noi, 12 October 2010. Fuente: ADMM.

En 2011, la última expansión de la EAS, y la consolidación del ASEAN más ocho, trajo a la región a Estados Unidos y a la Federación de Rusia. Esta nueva incorporación terminó de demostrar la importancia que había tomado la región: las dos potencias hegemónicas se encontraban fiscalizándola de cerca, sumando también a Rusia.

A una década de la actualidad, en 2015 se redactó el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP en inglés), firmado en 2016 y expandido en 2018 al Acuerdo Amplio y Progresista de Asociación Transpacífico (TPTPP). Este acuerdo, basado en el P4 y el ANZAFTA, rellenó de comercio una relación como el ASEAN más ocho, pero con Estados Unidos fuera, luego de su retiro tanto de las negociaciones para el segundo acuerdo como de su estatus de Estado firmante del primero.

Para el año 2020, el último acuerdo comercial se consolidaría en la región, dando paso a una agenda fuertemente marcada, otra vez, por la seguridad regional (y la securitización comercial). En este año fue firmado la Asociación Económica Integral Regional (RCEP en inglés), el cual es un tratado de libre comercio entre ASEAN y China, Corea del Sur, Japón, Australia y Nueva Zelanda.

ASEAN hits historic milestone with signing of RCEP (2020). Fuente: ASEAN.org.

Al año siguiente, ratificado el RCEP, las relaciones terminaron por virar hacia la seguridad, dando paso al establecimiento del acuerdo entre Estados Unidos, Reino Unido y Australia (AUKUS). Este pacto de seguridad fue llevado a cabo con el objetivo de “contrarrestar los avances de China” y “defender los intereses compartidos en el Indopacífico”, dando permiso a la construcción australiana de submarinos de propulsión nuclear.

Por su parte en 2023, la región y el país que nos traen aquí, lanzaron la Declaración Conjunta ASEAN-Nueva Zelanda sobre Cooperación en la Perspectiva de la ASEAN sobre el Indo-Pacífico. Esta declaración se expresa sobre la situación de la seguridad en el Indo-Pacífico, impulsando una cooperación liderada por ASEAN para mantener la paz en la región. Además, explica que las potencias extranjeras deben trabajar con ASEAN, en conjunto si este es su objetivo. Por último, refuerza el Plan de Acción 2021-2025 en el marco de la Asociación Estratégica ASEAN-Nueva Zelanda, enumerando los ejes de este plan: Cooperación Marítima, Conectividad, Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030 y Áreas de cooperación económica y otras áreas posibles; detallados a lo largo de la declaración.

El análisis contemporáneo de un experto

Repasada la historia de esta relación, es interesante analizar la situación actual. Para eso, y en colaboración con Eurasia Review, tomamos el artículo de Collins Chong Yew Keat. Collins es de Kuala Lumpur y se especializa en temas de seguridad desde el año 2007, ha tenido una prolífica producción sobre artículos de opinión sobre estos temas tanto para la prensa local como internacional.

Collins Chong Yew Keat, an expert on foreign affairs and security at the University of Malaya. Fuente: VNA.

En su artículo, titulado “Creciente lucha para cortejar a la ASEAN en el fortalecimiento de la presencia regional – Análisis”, desarrolla la relación entre Nueva Zelanda y Vietnam (como representante de ASEAN) en la región. Además, analiza esta relación desde una perspectiva realista, explicando cómo tanto ASEAN como Nueva Zelanda utilizan esta relación para balancear la influencia de China y Estados Unidos en la región.

Collins comienza mencionando el interés de Nueva Zelanda por elevar la Asociación Estratégica Integral con ASEAN, que busca apuntar “a áreas claves de importancia crítica para el próximo siglo de supervivencia y planificación geopolítica del país, en medio de nuevas amenazas de poder y escenarios simultáneos de amenazas no tradicionales”. De esta manera, ASEAN funciona hacia Nueva Zelanda tanto como un “amortiguador” y una “amenaza potencial”.

Wellington, como explica Collins, busca en ASEAN una garantía en términos de “seguridad energética y alimentaria”, pero también se vuelve necesaria la “estabilidad a largo plazo de la cadena de suministros”. Por otra parte, ASEAN también se muestra como “una fuerte alternativa en relación a sus socios tradicionales de Occidente”, puesto que la región “ha sido la más prometedora en el crecimiento económico”. De esta manera, Nueva Zelanda percibe a la región “como la base para que las principales empresas y actores económicos la traten como la alternativa creíble y estratégica a China”. Este temor surge del éxodo de las principales empresas de China, redirigiendo los sectores de semiconductores, vehículos eléctricos, energía verde hacia la región. 

ASEAN, New Zealand reiterate commitment to intensify strategic partnership. Fuente: ASEAN.org.

Y aquí llega el primer concepto: ASEAN como amortiguador. Collins explica que “Con la presencia creciente en los Estados insulares del Pacífico, Nueva Zelanda se encuentra cauteloso en frente de las ambiciones de Beijing en la región y, al tener una ASEAN más unificada y una presencia occidental mayor en términos militares y económicos, Nueva Zelanda puede mitigar estas amenazas y preocupaciones con un mayor rol en la seguridad marítima”. Es por esto que acuerdos como el Plan de Acción 2021-2025 con ASEAN le dan un protagonismo necesario a Nueva Zelanda, “proveyendo presencia en la seguridad de la ruta comercial en esta región” y “demostrando que todavía cuenta con influencia y tiene las opciones alternativas para trabajar con socios vitales con el fin de mantener a Beijing bajo control”.

Por su parte, Vietnam, como representante de ASEAN, también carga con un alto interés en la relación. Hanói ve en sus nuevos lazos económicos y de seguridad con Nueva Zelanda un “nuevo impulso al soft power regional de su diplomacia”. También entiende su rol como jugador neurálgico de la región del Mekong y sabe que “Nueva Zelanda lo necesitará para contrarrestar y usarla como una nueva palanca contra China” y para tener “garantías de seguridad alimentaria”.

Es por esto que Hanói plantea esto como “un nuevo quid pro quo para fortalecer su presencia en el hemisferio sur del Indo Pacífico y brindar una nueva influencia en el trato con Beijing y Occidente en las Islas del Pacífico”. De esta manera, la relación de ASEAN con los Estados insulares del Pacífico también benefician al liderazgo vietnamita.

Con el soft power vietnamita en mente, Collins toca el tema del Foro del Futuro de la ASEAN, el cual según su explicación tiene como objetivo convertirse en una plataforma de diálogo anual de múltiples partes interesadas para diálogos abiertos y constructivos sobre el futuro de la ASEAN”. Este foro está orientado a la cooperación en “entornos de amenazas no tradicionales” y a “fomentar colaboraciones intrarregionales más profundas” para contrarrestar este tipo de amenazas.

Funcionarios de los integrantes de ASEAN en el Foro del Futuro 2024 (Fuente: qdnd.vn)

Así es que “Hanoi intenta ser el nuevo distribuidor de poder”, pero desde el soft power, es decir, “fomentando el desarrollo socioeconómico y tecnológico y la agenda del futuro”. Vietnam busca marcar el ritmo y las temáticas de la agenda regional, y sabe muy bien que Nueva Zelanda está dispuesta a seguir este ritmo. Pero este tipo de poder no tradicional “refleja la intención estratégica de Hanoi de evitar obstáculos y repercusiones en forma de división y facciones internas de la ASEAN”, evitando a su vez el cauteloso tratamiento de Beijing y Washington.

Ahora bien, la relación no está para nada estancada en esta lógica de poder. Vietnam busca profundizar las colaboraciones y ampliarlas hacia nuevos sectores, enumerados por Collins: “energía, alimentos, clima, carbono, tecnología, digital y comercio electrónico”. Esto, con el fin de “aumentar su presencia integral”, mediante el fomento de las “relaciones más significativas entre la comunidad empresarial, la educación y la investigación”.

Con esto en mente, y siguiendo la idea de Collins, “ambos países pueden capitalizar los frutos fáciles y tener un camino más seguro para presionar a la ASEAN a avanzar más rápido y más profundamente”. El objetivo de todo esto no es más que evitar un dilema de poder en la región, pero lo cierto es que “los cálculos estratégicos regionales siguen siendo fluidos, entrelazados con juegos de poder competitivos y conflictivos y maniobras estratégicas”.

Conclusiones

El texto de Collins muestra claramente la relación actual de las dos regiones, incluyendo además la visión de Vietnam para con Nueva Zelanda y ASEAN. Lo claro es que la región está en un momento de rispidez y colaboraciones cruzadas, rememorando la figura de un jenga donde cada quien cuida sus movimientos lo máximo posible. Pero esa figura queda corta, puesto que estos movimientos no se desarrollan ni por cerca en el ámbito militar, sino más bien en el soft power, la securitización de las cadenas de suministro y la profundización de temas comerciales.

El primer ministro de Vietnam, Pham Minh Chinh, y su homólogo neozelandés, Christopher Luxon, presencian la firma de acuerdos de cooperación. Fuente: VNA.

En resumidas cuentas, el quincuagésimo aniversario de las relaciones ASEAN-Nueva Zelanda nos encontrará este próximo junio expectantes a qué nuevos acuerdos se desarrollarán en la región.  Principalmente, mirando la necesidad de Nueva Zelanda por reforzar la relación en agendas como la seguridad alimentaria, la seguridad de las cadenas regionales (y globales) de valor y el contrabalanceo de fuerzas hegemónicas externas, pero protagonistas, a la región.

Por su parte, Vietnam podrá utilizar esta necesidad para aumentar su peso relativo en la región y para intentar trascender de ella. El contrabalanceo y la posición intermedia de este país también será una variable interviniente en esta relación. Pero para finalizar, he decidido cerrar este texto con un párrafo completo de Collins, que creo que retrata perfectamente esta relación:

“Con esto en mente, Nueva Zelanda es vital para enviar un mensaje a Beijing de que tiene una opción más amplia que no se limita solo a la región, y Hanói puede usar Nueva Zelanda como palanca para sus políticas con Beijing, especialmente en el Mar de China Meridional, al usar Nueva Zelanda como nuevo socio en la zona insular del Pacífico.”

Referencias

  1. Tah Ayala, E. D. (2018). Las Relaciones Internacionales desde la perspectiva social. La visión del Constructivismo para explicar la identidad nacional. Revista Mexicana De Ciencias Políticas Y Sociales63(233). https://doi.org/10.22201/fcpys.2448492xe.2018.233.62593 ↩︎
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