Licenciada en Estudios Internacionales en la Universidad de Santiago de Chile.
Tiene experiencia en docencia e investigación como asistente de Ciencia Política y Sistemas políticos comparados a través de metodologías cuantitativas y cualitativas, con especial interés en los estudios de área de Medio Oriente. Desarrolló su tesis de pregrado en la comunidad palestina en Chile, además de publicar junto a la revista Anfibia sobre el desarrollo de la industria textil palestina en el país.
antonia.quezada@usach.cl
Durante el gobierno de Salvador Allende (1970-1973) se comenzó a gestar la idea de formar proyectos que tuvieran como objetivo promover la cultura en Chile a través de círculos artísticos basados en la solidaridad internacional entre América y Europa. Mediante la donación de obras de arte, se buscaba crear un museo para el pueblo de Chile que cumpliera con ese fin.
Con el apoyo fundamental del mandatario de la Unidad Popular, en 1971 se conformó el “Museo de la Solidaridad”. Artistas internacionales de gran envergadura donaron sus obras a la institución a través del Comité Internacional de Solidaridad Artística con Chile (CISAC) a cargo del activista brasileño Mário Pedrosa.
El Golpe de Estado de septiembre de 1973 obligó a los encargados del proyecto a funcionar en el exilio y de manera clandestina, cambiando el nombre a Museo Internacional de la Resistencia Salvador Allende (MIRSA), entidad que se reorganizó en diferentes países para continuar recibiendo donaciones. Durante este período, y a través de comités de apoyo, múltiples naciones se unieron para contribuir al proyecto original, denunciando la represión de la dictadura chilena y considerándolo como un signo de resistencia.
Bajo este contexto histórico nace el actual Museo de la Solidaridad Salvador Allende (MSSA), museo de arte contemporáneo que alberga una colección de más de 3.100 ejemplares, conformada en su totalidad por donaciones de artistas del mundo. Dentro del grupo de colaboradores, la mayoría proviene de países latinoamericanos y naciones de Europa Occidental, sin embargo, se registran donaciones de países del bloque soviético, muchas de ellas recogidas en 1976 en un centro de acopio en La Habana, e incluyen obras de países de Bulgaria, Mongolia y la Unión Soviética.
Arte mongol en Chile
Profundizando en el caso mongol, dentro de la colección del MSSA existen 11 obras de artistas de aquella nacionalidad, entre los que destacan Ch. Galsahdorj, Balgansuren Natsagdorj, Geleg Odon, Sanalbat, Gombin Soosai, Bat T. Tchouloun y N. Bavoujav. Respecto a estos dos últimos, sus obras “Los niños” (1975) y “La manada de caballos” (1976) se encuentran en exhibición en el MSSA dentro de la exposición “Las ideas felices son así”.
Estas creaciones destacan por las diferencias en su tipología, que varían desde la pintura en gouache, acuarela y linograbado. Junto a esto, todos los trabajos artísticos fueron creados entre fines de los años 60 y principios de los 70, y donados durante el período de resistencia.
Respecto a los motivos retratados en estas piezas, es posible identificar características típicas de la cultura y tradiciones mongolas, tales como los caballos mongoles, viviendas como la yurta, además del uso de pipas para opio e instrumentos musicales como el morin juur y el tsuur. Además, creaciones como “La manada de caballos” (1976) de N. Bavoujav junto con “El ataque” (1969) y “La carrera” (1967) de Gombin Soosai, muestran escenas de acción del ejército mongol, con técnicas de equitación y tácticas unitarias como el uso de arqueros a caballo y lanceros.
También encontramos imágenes que rescatan el patrimonio cultural de Mongolia, evidenciado en piezas como el “Criador de Renos” (1974) de Bat T. Tchouloun, donde retrata a un hombre del pueblo seminómada Tsaatan o Dukha (en su idioma nativo), propio de las frías estepas de Hövsgöl, al norte del país. En esta obra se identifican elementos centrales de su estilo de vida, como sus carpas, llamadas “orts”, las que desplazan tres o cuatro veces al año para asegurar que los renos puedan pastar mejor, actividad que han realizado durante miles de años. En el plano central, este hombre fuma de una pipa, común para el consumo de opio, y lleva un gorro deel, prenda común para las bajas temperaturas propias de la taiga siberiana.
Otro ejemplo de estas expresiones tradicionales, pero enfocado en lo arquitectónico, es la pintura “La fachada del templo Erdéne Zuu” (1969) por el artista Geleg Odon. Esta pieza retrata uno de los monasterios budistas más antiguos y uno de los templos más importantes para el Imperio mongol, ubicado en el aymag (provincia) de Övörhangay y fundado por Abadai Khan entre 1586 y 1579, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2004.