Moy drug magnitofon: Post-punk ruso de culto

Su atmósfera sombría, cargada de melancolía y ecos de nostalgia soviética, no busca agradar a las masas, sino conectar con aquellos que encuentran belleza en la oscuridad y en las emociones más crudas.

Egresada de Relaciones Internacionales en la Universidad Europea de Valencia.

Mi ferviente interés por descifrar las complejidades del mundo me ha llevado a profundizar en los aspectos políticos, económicos y sociales que dan forma a las relaciones internacionales. Actualmente me desempeño como estudiante de prácticas en diversas entidades.

Tiempo de lectura:3 Minutos, 49 Segundos

Moy drug magnitofon (Mой друг магнитофон, mi amigo magnetófono en español) es el álbum del grupo ruso homónimo liderado por el enigmático Nikita Savra, a cuyo liderazgo artístico se unen Artem Morgunov en el bajo e Ira Lapteva en el teclado. La obra, publicada en 2019, es una propuesta musical de la escena post-punk y coldwave rusa que mezcla elementos de nostalgia, angustia y una melancolía sombría, nacida de las experiencias de vida de Nikita, principal compositor de las canciones.

Portada del álbum Moy drug magnitofon

Cada pista del disco refleja una narrativa íntima, profundamente influenciada por los eventos personales de su líder, desde rupturas amorosas hasta pérdidas significativas y el aislamiento existencial. Con su sonido experimental, que incluye loops de cinta, grabaciones de campo y texturas ambientales, el álbum crea un paisaje sonoro único que transporta al oyente a un mundo de emociones intensas y recuerdos difusos.

De izquierda a derecha, Ira Lapteva, Nikita Savra y Artem Morgunov.

Desde su infancia en una pequeña ciudad proletaria de los Urales, Nikita creció rodeado de un entorno urbano duro y desalentador, marcado por el caos de las fiestas, el abuso del alcohol y una profunda sensación de alienación. La música llegó a su vida de manera inesperada, convirtiéndose en un refugio y una forma de escapar de una realidad opresiva. Aunque inicialmente comenzó su formación en una escuela de arte, fue durante este periodo cuando empezaron a surgir las primeras ideas y emociones que eventualmente darían forma a las canciones del álbum.

La canción Mortvyy Becher (Мёртвый Вечер, Tarde muerta) es uno de los temas más emblemáticos de Moy drug magnitofon, una composición que encapsula el anhelo juvenil y la introspección desoladora de Nikita Savra. Escrita en 2014 para «una persona maravillosa» a la que intentaba cortejar, esta canción es un tributo tanto al amor como a la nostalgia, trazando los intentos de un joven de entender sus propios sentimientos mientras se enfrenta a la monotonía impuesta por la sociedad.


Compuesta en apenas una hora, Mortvyy Becher (Мёртвый Вечер) comenzó como una pieza sencilla, con letras escasas y una grabación improvisada en un micrófono de computadora portátil en la casa okupa donde Nikita y sus amigos pasaban el tiempo. Esa versión inicial capturó la esencia cruda de la canción:un intento honesto de expresar el conflicto de un joven que busca sentido en medio de la apatía y la conformidad que lo rodean.

Свет на кухне то включаю, то выключаю

Сигареты, крепкий чай, молчание,

Ты же знаешь вслед за радостью идет отчаяние

Мертвый вечер, и я снова на полу,

Столько мыслей проходит через голову

Ты же знаешь здесь молчат лишь про тебя одну.

Enciendo y apago la luz de la cocina
Cigarrillos, té fuerte, silencio,
Tú ya sabes que despues de la felicidad viene la desesperacion
Es una tarde muerta, y estoy en el suelo otra vez,
Tantos pensamientos pasan por mi cabeza
Sabes que están aquí, solo en silencio sobre ti.

Nikita escribe en 2017 Vesna-207 (Весна-207, primavera), donde Nikita Savra traduce sus experiencias más personales y oscuras en un paisaje sonoro melancólico y opresivo. La canción surge de un periodo turbulento en su vida: en 2015, enfrentó la posibilidad de prisión, fue abandonado por su pareja, perdió a su amado gato y cayó en el abuso del alcohol. Estos eventos forman el núcleo emocional del tema.

La canción presenta una atmósfera sombría y cargada, con imágenes vívidas como «bailamos en el cadáver del último invierno» y «el farol encorvado apunta al cielo«. Estas metáforas capturan la sensación de pérdida y decadencia. El título de la pieza refleja el interés de Nikita en la estética y la mística de los nombres soviéticos: un homenaje a la nostalgia de los magnetófonos, las ciudades cerradas y los vehículos industriales, que aquí sirven como telón de fondo para una lucha existencial.

Перекрестия синих дорог

Пробуждение уставших лесов

Не понимая света и тьмы

Мы танцуем на трупе последней зимы


Cruce de caminosazules
Despertando los bosques cansados
No entendemos la luz ni la oscuridad
Bailamos sobre el cadáver del último invierno.

A pesar de su talento y profundidad artística, Moy drug magnitofon permanece como un proyecto de culto, conocido solo por un público reducido dentro de la escena underground rusa. Su atmósfera sombría, cargada de melancolía y ecos de nostalgia soviética, no busca agradar a las masas, sino conectar con aquellos que encuentran belleza en la oscuridad y en las emociones más crudas.

Previous post Participación en el XII Congreso de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de La Plata
Next post Participación en Podcast Ni Hao Chile

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Cerrar